Este periódico publicaba un reportaje sobre la valoración que hacen los comercios de Ibiza sobre la actual temporada. El calificativo que hacen es que se trata de una temporada «sumamente decepcionante» y algunos establecimientos de la isla desvelan que llegan a permanecer horas sin tener ni un solo cliente, lo que es realmente insólito a estas alturas del mes de julio. Las expectativas que había despertado esta temporada eran muy altas, sobre todo cuando al inicio del verano todo el mundo hablaba de récord de visitantes y últimamente incluso de masificación. Con todos millones de visitantes que debían visitar Ibiza este año se daba por hecho que el comercio resultaría muy beneficiado, pero de momento no es así.
Testimonios preocupantes.
El reportaje publicado por este periódico incluía testimonios de trabajadores del sector. Algunos empleados dicen que esta temporada está siendo peor incluso que la vivida el año del covid. No recuerdan una temporada tan mala como esta y sospechan que los turistas no vienen a Ibiza porque es un destino muy caro. «Apenas hay clase media, solo viene gente que no gasta y gente con mucho dinero que opta por lo privado», apunta uno de los testimonios.
Síntomas negativos.
No es lógico que el sector del comercio analice de forma tan rotunda y negativa la actual temporada turística. Mucho se habla de masificación desde hace unas semanas, a veces de forma interesada con objetivos políticos, pero los datos demuestran que, al menos este año, o vienen menos turistas o no se dejan ver por las zonas comerciales de Ibiza. También es preocupante que los empleados digan que los turistas apenas gastan porque creen que la isla es un destino caro. A falta de algo más de dos meses para poner fin a la temporada, convendría tomarse en serio estas opiniones, que al fin y al cabo son de personas que viven en primera persona la situación de los negocios de Ibiza. Más allá de la macroeconomía, es una evidencia que la economía más doméstica empieza a dar síntomas bastante preocupantes.