La Conselleria balear de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente impuso el año pasado poco más de 12.000 euros en multas, que corresponden a los 16 expedientes abiertos por los agentes de Medio Natural en el emblemático espacio protegido ibicenco. De los 16 delitos registrados, sólo se han resuelto estos cuatro expedientes para aplicar la correspondiente sanción económica.
Motivos.
Acampadas no autorizadas, tanto en tiendas de campaña como en vehículo, obras o reformas ilegales, navegación en zonas restringidas, fondeo sobre praderas de posidonia, quemas sin autorización, acceso de vehículos a zonas no permitidas o ocupaciones no autorizadas del espacio protegido son algunos de los motivos por los cuales los agentes de Medio Natural pueden imponer sanciones. El Govern sigue tramitando algunos expedientes del año 2024 para aplicar la correspondiente sanción.
Pobre balance.
Los abusos que se cometen en Ses Salines son habitualmente publicados por los medios de comunicación de la isla, sobre todo durante los meses de verano. Fue realmente impactante conocer, por ejemplo, que la empresa Salinera Española organizase una cena para 100 personas con música para Loewe, un evento que nunca tendría que haberse celebrado en una zona tan sensible desde el punto de vista medioambiental. Por lo tanto, el Govern debería aplicar más mano dura en la protección de Ses Salines porque es una evidencia que 12.000 euros en sanciones es un balance muy pobre ante todas las infracciones que se producen en este espacio protegido durante los meses de verano. Mientras no se apliquen sanciones más duras contra todos aquellos que abusan de Ses Salines, es improbable que se establezca la normalidad en un espacio tan querido por los ibicencos. O el Govern tiene pocos medios para controlar a los infractores o realmente la normativa es demasiada laxa y permite los incumplimientos. Sea como sea, esta cifra de apenas 12.000 euros en sanciones debería hacer reaccionar también a las instituciones ibicencas, que no pueden permitir que los espacios protegidos se vayan deteriorando por particulares y empresas sin escrúpulos que son capaces de poner al límite la protección del territorio por un interés particular.