Ucrania, como ha reconocido el propio Zelenski, podría perder «su dignidad» o a «un aliado clave» porque el país deberá responder antes del día 27 al ultimátum del presidente norteamericano Donald Trump, que quiere imponer un plan de paz que, a todas luces, beneficia a los rusos. Uno de los puntos más polémicos es que Kiev retire sus tropas del territorio de la región oriental del Dombás (formada por las regiones de Lugansk y Donetsk) y que reduzca su Ejército a un máximo de 600.000 efectivos. Además, se legitima la anexión ilegal que Putin hizo de Crimea y del vital puerto de Sebastopol, que hasta 2014 fue ucraniano. Sería, pues, una rendición en toda regla de las tropas del país invadido, que no hay que olvidar que es la víctima de un ataque ilegal por parte de Moscú. Lo cierto es que el Kremlin pensaba, en febrero de 2022, cuando invadió Ucrania, que su «misión especial» sería un auténtico paseo militar y que el Gobierno de Zelenski caería en cuestión de pocos días. Nada más lejos de la realidad. A punto de cumplirse cuatro años, Kiev sigue plantando cara a la maquinaria bélica rusa, una de las más potentes del mundo.
Dependencia de los aliados
Llegados a este punto, hay que reconoce que la resistencia numantina de los ucranianos, por muy épica que sea, no se puede explicar sin el descomunal apoyo de los aliados. Estados Unidos y la Unión Europea se han volcado con el suministro de armas y tecnología de última generación a Kiev y ese apoyo ha sido clave para hacer frente a los agresores.
La ayuda estadounidense
Pero es la Casa Blanca la que, en realidad, apuntala al ejército ucraniano. Sin la ayuda estadounidense es muy improbable que los europeos puedan, por si solos, suministrar tanto material a las tropas de Zelenski. Así pues, el dilema es claro: Si Kiev sigue la guerra sin EEUU se arriesga a una aniquilación total; y si se rinde, pierde provincias que son suyas.
Y a vosotros esto qué más os da? No deberíais estar en alguna cala fumando porros y cantándole a la posidonia? Oooh posidonia