En el año que está a punto de comenzar, acabarán casi 25.000 contratos de alquileres en Balears y todo apunta a que las renovaciones serán desproporcionadas. La media, según se estima, supondrá subidas de 4.615 euros al año y en otros casos se duplicarán directamente las rentas mensuales. Es decir, pasarán de pagar 800 a 1600 euros, unas cantidades del todo inasumibles para la mayoría de familias. Hay que recordar que desde la pandemia, hace cinco años, cuando los alquileres se desplomaron, el aumento del coste de la vivienda se cifra en un 40 por ciento. La emergencia habitacional se ha convertido en el principal problema para los baleares y con las previsiones para 2026, todo hace pensar que la problemática se irá acentuando aún más. En este sentido, la portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ha advertido que los próximos meses pueden ser dramáticos para muchas personas «que se quedarán en la calle porque no pueden pagar el alquiler».
Cada vez más excluidos.
La consecuencia directa de esta situación insostenible se traduce en que cada vez hay más excluidos sociales, que tienen que malvivir en la calle o en infraviviendas sin las mínimas condiciones higiénicas o sanitarias. Y como suele ocurrir siempre en estas circunstancias, aparecen mafias organizadas y desalmados que se aprovechan de los más débiles y sacan tajada económica de sus dramas personales. De hecho, el alquiler de chabolas o sótanos insalubres se ha disparado en los últimos dos años, con precios desorbitados.
Renegociar justamente.
Lo deseable sería que, en conjunto, los alquileres que expiran el año que viene fueran renegociados de forma justa, pero lo cierto es que los dueños son muy libres de fijar los precios que consideren «de mercado», así que no se puede esperar mucho en este sentido. Si 2025 ha sido una pesadilla inmobiliaria para muchos, 2026 pinta aún peor.