En las últimas semanas dos mujeres han estado a punto de ser asesinadas a manos de su expareja y su marido respectivamente en los municipios mallorquines de Costitx y Palma. Se trata de un repunte dramático de los casos de violencia de género, precisamente en una comunidad donde la estadística es demoledora y que está a la cabeza en los casos de mujeres maltratadas. En el primer ataque, ocurrido en el 30 de noviembre, una mujer de 32 años fue apuñalada repetidamente por su antiguo compañero sentimental, durante una fiesta de cumpleaños que se celebraba en una finca. El agresor, después, se intentó quitar la vida. Ambos fueron hospitalizados y operados de urgencia. La mujer ya ha salido de peligro, pero se encuentra devastada anímicamente por lo ocurrido. El sábado, en una barriada palmesana, un hombre sufrió un ataque de celos y también acuchilló a su esposa de 58 años, que tuvo que ser ingresada con lesiones severas. Los dos homicidas frustrados han sido detenidos y han ingresado en prisión, a la espera de que sean juzgados. Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil están volcados en el auxilio de las víctimas de Viogen, pero el número de maltratadores es tan elevado que esta tarea es cada vez más complicada.
Más medios.
Es por ello que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado necesitan de forma urgente más medios humanos y técnicos para proteger a las mujeres y tratar de prevenir las agresiones, que se multiplican año tras año. El apoyo a las víctimas, en todos los sentidos, es vital y no puede descuidarse.
Enfoque integral.
Pero erradicar la violencia de género requiere un enfoque integral, que pasa por distintos factores, desde la educación de los menores, la aplicación de leyes duras y el apoyo psicológico y legal de las afectadas. La voluntad política también es otro pilar en este combate que la sociedad no puede perder.