Cuando todos esperábamos la firma de un acuerdo que permitiera, ayer por la tarde, la materialización de un nuevo Govern para las Balears, surgió un nuevo «pero». Quizá los ciudadanos seamos demasiado impacientes y esperemos ver concretado un acuerdo en pocos días cuando en realidad es mucho lo que hay que discutir. De hecho, hay que reconocerlo, son cuatro partidos ciertamente diferentes los que tienen que ponerse de acuerdo para llevar este proyecto común a buen puerto. Y eso no se consigue ni en un día ni en una semana.
Tal vez hubiera sido más provechoso llevar a cabo las discusiones y negociaciones a cuatro bandas, puesto que cuatro son los partidos que tienen que familiarizarse y comprometerse con un proyecto que debe mantenerse en pie, y firmemente, durante los próximos cuatro años. En lugar de hacerlo, las negociaciones se están desarrollando de dos en dos y esta estrategia está demorando los resultados.
De cualquier forma, siempre será preferible que los «tira y afloja» se produzcan ahora y queden las bases de la convivencia política bien sentdas, a que, una vez formado el gobierno cuatripartito, se vean las fisuras, las grietas y las rencillas internas.
Los flecos pendientes que han impedido la firma del acuerdo cuando estaba previsto son importantes, pero también hay que admitir que lo son las cuestiones en las que ya hay consenso. Y también hay que hacer notar un detalle decisivo: se está hablando de programas, de ideas, de planes para el futuro de Balears.
Los cuatro partidos "PSOE, UM, PSM y EU-Els Verds" han decidido poner freno a la construcción de nuevas autopistas y autovías; pero aún discuten sobre la incineradora de Mallorca, la elección del senador de las Islas (que se disputan EU y PSM),