Silvio Berlusconi, un hombre de probada incapacidad política y de aún más manifiesta falta de andamiaje ético, podría ser a partir del lunes el vencedor de las elecciones italianas. Juega a su favor ese papanatismo inherente a todo pueblo "especialmente si es latino" siempre propenso a dejarse impresionar por alguien que ha logrado la riqueza y el éxito. Pero también, y es justo decirlo, trabajan en su beneficio los innumerables errores cometidos por la coalición de izquierdas. Asusta la idea de un Berlusconi dueño de los principales medios de comunicación que, por añdidura, se haga ahora con el poder político. Poder sobre poder, el magnate italiano tendría más oportunidades que nunca de dar pruebas de esa corrupta y corruptible moral, que le puede llevar a extremos de una total desfachatez cuando de conseguir sus objetivos se trata. Por indeseable que pueda parecer la posibilidad de un Berlusconi hoy vencedor, hay que admitirla. Y a la hora de hacer un análisis sobre su hipotética victoria, éste debe llevarse a cabo sin paños calientes, ni excusas de ningún género. Y aquí hemos de insistir en las formidables equivocaciones cometidas por una izquierda que prácticamente en ningún momento ha sabido estar a la altura de las circunstancias históricas que su misión requería. Dos años después de su triunfo las luchas internas acabaron con el gobierno de Prodi, dinamitando un proyecto cuya cohesión se reveló desde entonces como ilusoria. La izquierda italiana ha abonado el retorno de un fantoche como Berlusconi, apoyado en por sus xenófobos y fascistoides socios de empresa. Podrán aducir algunos que la coalición de izquierda nació algo débil. Pero ni siquiera eso puede servir como excusa. La ineptitud exhibida por quienes estaban obligados a pensar más en su país que en sus propios intereses, ha acabado por conducir a una situación en la que cualquier descalabro electoral, por serio que llegue a ser, contará con una explicación. Hay que decirlo con pesar pero Berlusconi podría tener expedito el camino hacia el poder.
Editorial
¿Ganará el peor?