El anuncio realizado por el senador de Eivissa y Formentera, Enrique Fajarnés, sobre la inversión de 10.000 millones que el Estado tiene prevista el próximo año en las Pitiüses ha tenido una sorprendente respuesta por parte del PSOE, que cifra esta cantidad en sólo 500 millones. Ante esta contestación, la réplica de Fajarnés ha sido contundente: los socialistas no han sabido leer los presupuestos y su interpretación de los mismos ha sido partidista. Réplicas al margen, lo sorprendente en esta polémica surgida entre el PP y el PSOE es lo lejos que están las cifras que presentan unos y otros. Si atendemos a los números que anuncian los populares, los ciudadanos de las islas deberíamos estar de enhorabuena: 10.000 millones para inversiones en las Pitiüses serían una buena inyección para muchas de nuestras precarias infraestructuras. Ahora bien, en esa partida, como denuncian los socialistas, se incluye por ejemplo el dique de Botafoc, una obra que como todo el mundo sabe, está financiada por la Unión Europea. En el caso opuesto, si nos creemos las cifras que dan los socialistas, Eivissa y Formentera apenas recibirán dinero para asfaltar cuatro calles y concretar un par de proyectos de escasa cuantía. Triste panorama. ¿A quién creemos entonces? ¿Qué puede pensar el ciudadano ante estos anuncios? Una cosa está clara, lo mínimo que se puede pedir a nuestros políticos es un poco de rigor y objetividad a la hora de anunciar presupuestos o de replicarlos. En ocasiones como esta es cuando la clase política debe estar a la altura y actuar sin ligerezas. Hablar de dinero y de inversiones es algo muy bonito y que parece que da muchos votos, pero a la larga lo que cuenta para el ciudadano son los hechos. Si nuestros políticos se empeñan en inflar y desinflar cifras y se olvidan de su verdadero cometido, significa que van por el camino equivocado.
Editorial
A vueltas con los presupuestos