Joan Marí Cardona se convirtió ayer, por pleno derecho, en Hijo Adoptivo de la ciudad de Eivissa, un reconocimiento a la labor de estudio sobre la historia de Eivissa y Formentera a la que dedicó gran parte de su vida el 'canonge arxiver'. Pero no sólo esa tarea le ha hecho merecedor de tal honor. Nacido en Sant Rafel de sa Creu, Joan Marí Cardona no conoció fronteras dentro del ámbito pitiuso, dos islas a las que amó sobremanera, tal y como demuestra la amplísima bibliografía que nos ha legado, una obra de obligada referencia para comprender y analizar la evolución de ambas islas. Y las islas le devolvieron dicho amor. Las largas jornadas de paseos por los recovecos de Eivissa y Formentera y su siempre cercano contacto con la gente, esa gente a la que tanto le gustaba dirigirse en cuanto atisbaba un mínimo interés por 'saber', hicieron del 'canonge arxiver' un personaje estimado. Desde el Ayuntamiento de Eivissa se reconoce cada uno de estos aspectos con su incorporación a la galería de Hijos Ilustres y Adoptivos, a la que ya pertenecía su antecesor como 'canonge' y como estudioso de la historia pitiusa: Isidor Macabich. Además, el nombramiento llega coincidiendo con la celebración del XXVIII Curs Eivissenc de Cultura del Institut d'Estudis Eivissencs, consagrado, como no podía ser de otro modo, a la figura de Joan Marí Cardona junto a la de otra insigne figura de la cultura pitiusa recientemente fallecida: Marià Villangómez Llobet, también Hijo Ilustre de la ciudad de Eivissa. El protocolo establece que no se podía conceder al canonge arxiver el título de Hijo Ilustre, al no haber nacido en el municipio, pero es sólo un formulismo institucional. Joan Marí Cardona, su figura y su labor, nos pertenece a todos porque a nosotros estuvieron dirigidas su comprensión y su definición de las Pitiüses. Ese es su legado y es justo que así quede para la historia.
Editorial
El reconocimiento a un legado histórico