La última reunión del Consell de Navegació del puerto de la Savina ha puesto sobre la mesa un debate que traspasa el propio ámbito político para convertirse en un tema de cuestión social. Políticos, empresarios, pescadores y capitanes de barco expresan hoy en este periódico su opinión sobre si realmente se debe ampliar esta instalación portuaria o bastaría sólo con una reordenación del puerto que comportaría un crecimiento prácticamente nulo. En principio, varios afectados consultados apuestan por una ampliación, aunque con distintos matices.
Por su parte, el alcalde de Formentera, Isidor Torres, y el conseller de la isla, Santiago Ferrer, se muestran más precavidos a la hora de pronunciarse y fijan su decisión para dentro de tres meses, que será cuando se presente el estudio que está elaborando la Autoritat Portuària. La precaución de los políticos resulta obvia sobre todo cuando todavía no hay un proyecto definitivo y además teniendo en cuenta que este estudio se presentará cuando falten muy pocos meses para las elecciones de mayo. No hay que olvidar que una ampliación del puerto tendría implicaciones económicas y medio ambientales importantes por la envergadura del proyecto y por estar la Savina dentro del Parc Natural de ses Salines, tal como ha recordado Francesc Triay, que en una hábil maniobra ha dejado en manos de los políticos la decisión final sobre este asunto. Triay sabe que el dique de abrigo de Botafoc tuvo unos comienzos muy duros por la frontal oposición de un sector de la sociedad pitiusa y es de suponer que ahora se trata de evitar que con la Savina renazcan viejos conflictos. De todas formas, el puerto de la Savina, y eso no escapa a nadie, se ha quedado pequeño y su ampliación parece necesaria. Ahora bien, lo que hay que intentar es que esta obra contente a todos los sectores sin dañar la fisonomía actual y respetando su enclave privilegiado. Una solución difícil en la que hay que trabajar.