Terminado un año es momento de sacar a la luz pública las cifras más significativas de los últimos doce meses. Entre ellas, seguramente lo que más preocupa a la mayoría: el desempleo. Porque los políticos suelen preferir distraer la atención de todos con batallas vacuas, pero los intereses y temores de los españoles van por otro lado. El paro es una sombra que siempre está ahí, latente, que las familias vigilan con atención porque todos recordamos con inquietud los tiempos difíciles de décadas pasadas.
Era también interesante conocer los datos de 2004 por cuanto vienen a revelar qué tal lo está haciendo el Gobierno en esta materia, que debe ser siempre piedra angular de la política social de un Ejecutivo de izquierdas.
Pues a tenor de lo conocido ayer, no lo está haciendo mal. Por primera vez desde 2000, el paro ha bajado en el conjunto del país, en 41.197 personas, lo que supone un 2'4 por ciento. Es una cifra animosa, que invita al optimismo. Aunque cuando nos enfrentamos a la estadística, siempre suele haber una de cal y otra de arena. En este caso, el contrapeso lo pone la cifra total de desempleados en nuestro país: 1.670.290 personas. Un número que deja poco margen a la alegría.
Por su parte, Balears cierra el ejercicio con un incremento en la cifra de desempleados, aunque, aún así, la población activa ha continuado creciendo en las Islas. Si bien no hay lugar para optimismos excesivos, tampoco caben alarmismos innecesarios. Se trata de que los responsables políticos cumplan con sus obligaciones en esta materia. Y una de ellas, además de intentar conseguir disminuir dentro de lo posible las cifras del desempleo, es sin lugar a dudas acabar con el empleo precario. Sólo así se puede avanzar y conseguir un mayor bienestar de todos los ciudadanos.