El juez deberá determinar mañana si continúa el juicio contra el lehendakari Juan José Ibarretxe; el secretario general del Partido Socialista de Euskadi, Patxi López, y el que fue portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, entre otros. La acusación que pesa sobre ellos es el haber negociado con dirigentes de la organización terrorista ETA.
Resulta impactante ver sentados en el banquillo de los acusados a dirigentes políticos que han tratado de alcanzar un acuerdo con los terroristas para lograr la paz en el País Vasco, un objetivo que desde el Gobierno central se ha intentado conseguir en varias ocasiones sin éxito. Hasta el momento no se había planteado enjuiciar a ninguno de los participantes en las conversaciones con ETA, los mediadores y, por supuesto, los presidentes que las autorizaron. Siempre se ha considerado que los eventuales contactos con la organización terrorista han tenido una indiscutible carga política y que, por tanto, el foro de responsabilidades no deben ser los tribunales sino los respectivos parlamentos y, en todo caso, las urnas.
Sentar a Ibarretxe, López y Otegi en el banquillo dos meses antes de las próximas elecciones puede acabar enturbiando la campaña según sea la decisión que se tome mañana. No pasa desapercibido el hecho de que la defensa del lehendakari es la única que pide, en un cambio radical de estrategia, la celebración del juicio para poder obtener, así, un fallo 'político' que poder exhibir ante su electorado.
Todo queda ahora a expensas de lo que decida el juez, que deberá resolver la petición de la acusación particular -el fiscal no actúa en este asunto-, en un caso en el que no hay línea que lo separe de la política.