El cabeza de lista de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) al Parlamento Europeo, Oriol Junqueras, ha denunciado el diferente trato fiscal que tienen en el seno de la Unión Europea regiones (lands) como el de Hessen que sólo aporta un 4'5 por cierto de su producto interior bruto (PIB) a Alemania frente al 14 por ciento del balear que sale con destino al conjunto de España. Un lastre que comparte con el resto de las comunidades más ricas del Estado, València y Catalunya, con el 8 y el 11 por ciento de su riqueza. La propuesta de Junqueras es que la Unión Europea establezca un límite máximo en las aportaciones económicas que las regiones estarían obligadas a revertir a sus respectivos estados, un modo de equiparar las oportunidades de todos los territorios y evitar las abismales diferencias que existen en la actualidad.
El planteamiento de Junqueras vuelve a poner sobre el tapete la necesidad de replantear las relaciones económicas entre la Administración central y las comunidades autónomas, un tema en el que existe un evidente malestar que se pretende resolver con el nuevo sistema de financiación autonómica que el Gobierno se ha comprometido a presentar antes del próximo mes de julio.
Balears, ya nadie lo cuestiona con solvencia, es la región más castigada por los diferentes modelos de financiación que se han aplicado en España desde 1983. En estos más de cinco lustros se han ido acumulando los agravios sobre la autonomía balear hasta dejarla en el furgón de cola y con unas cuentas de la autonomía al borde del colapso, incapaces de resolver las diferencias con el resto de las comunidades españolas. Éste es el problema real que hay que resolver, y pronto.