Nadie esperaba un veredicto que no fuera el de culpable cuando el propio Rodrigo de Santos, en su alegato final, se reconoció responsable de haber utilizado dinero público para beneficio propio, aunque fuera bajo la influencia de su fuerte adicción a la cocaína. El jurado popular ha considerado como atenuante su drogodependencia "aunque sólo admite que disminuía su capacidad para decidir", e incluso su confesión y su arrepentimiento "aunque el ex edil no devolviera los más de 52.000 euros malversados a las arcas municipales antes de ser denunciado por la Fiscalía". Pero el veredicto incluye la petición de ingreso en prisión de Rodrigo de Santos, incluso si la condena es inferior a los dos años, plazo de tiempo por debajo del cual los reos suelen eludir la cárcel si no tienen antecedentes. En unos pocos días, y a la vista del veredicto popular, el juez dará a conocer la condena, que no tiene por qué suponer el ingreso en prisión dado que la petición del jurado en ese sentido no es vinculante. Este primer juicio contra Rodrigo de Santos ha permitido al ex concejal salir mejor parado de lo que él mismo esperaba, a juzgar por el rechazo inicial con el que él mismo y su abogado acogieron la noticia de que iba a ser juzgado por un jurado popular. El veredicto final ha sido en parte duro, por la petición de cumplimiento de la condena, pero acepta los tres atenuantes y eso supondrá una pena de cárcel inferior a la que reclama la Fiscalía. Al margen de la causa abierta por la compra de la réplica del Castell de Bellver para un parque infantil, Rodrigo de Santos tiene ahora ante sí otro juicio pendiente, el más grave, por presuntos abusos a menores, por el que la Fiscalía ha pedido una pena de 24 años. Este último asunto se verá en los tribunales el mes que viene y es por el que el ex concejal ha pasado ya nueve meses de prisión preventiva.
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