Como una cebolla, la ecotasa tiene diversas capas: para empezar, además de un impuesto, ahora mismo es el campo de batalla para resolver quién manda en la izquierda balear, si un debilitado PSOE o un Podemos que cotiza al alza. Es probable que la cosa acabe en empate y también es seguro que la guerra no terminará con la ecotasa.
En segundo lugar, y esto es muy importante para ibicencos y formenterenses, con la ecotasa se discute cómo se va a repartir el dinero entre las islas en las Balears. Sea por estrategia o porque realmente les importa la situación financiera de Eivissa y Formentera, los podemitas se han convertido en los principales defensores de nuestros intereses. Se trata de un hecho difícil de discutir: Podemos defiende ante PSOE y Més (o sea, ante el Govern balear) que se fijen unos porcentajes mínimos de la recaudación de la ecotasa para Menorca, Eivissa y Formentera, y unos máximos para Mallorca; a nadie se le escapa que esta es una buena vía para bloquear que Mallorca se lo lleve todo o casi todo. Por supuesto, no hubo acuerdo. Los de Podemos quieren, creo que con muy buen criterio, que el Govern solo disponga del 10 por ciento de recaudación de la ecotasa para decidir, y que, el resto, el 90 por ciento, se reparta por islas con unos porcentajes establecidos. Veremos quién gana.
Y, aunque pierdan los de Podemos, habrán conseguido poner sobre la mesa una cuestión que a nadie se le escapa que es esencial para nuestras islas: cómo nos repartimos los ingresos públicos entre mallorquines, ibicencos, menorquines y formenterenses. Habrá más ocasiones para discutir sobre ello, seguro. Y, de nuevo, los partidos que conforman la izquierda, Podemos, Més, PSOE, podrán quedar retratados, o no, ante los pitiusos.