De verdad, están abandonando Ibiza. Sobre todo los ingleses, los franceses y los alemanes. Cuando leí que nos había abandonado un 40% en los últimos cuatro años quedé pasmado.. ¿Qué diablos está pasando? Cuando una fenómeno demográfico se manifiesta con total contundencia caben pocas dudas, pero sí numerosas causas en la interpretación.
¿Es de Ibiza y Formentera toda la culpa? En gran parte sí. Las condiciones de vida se han extremado, se ha perdido calidad y se ha ganado en conflictividad y molestias. Un acto tan simple como siempre fue el aparcar ya se ha hecho imposible. Los ruidos y la masificación agobian a quien pretende disfrutar de una vida pausada. Los precios no tienen nada que ver con los últimos ocho años. Las Pitiusas han quedado fuera del alcance de una familia con ingresos medios bajos. Y esto afecta al sector de población de los jubilados con pocas opciones de mejora. Etcétera.
Puestas así las cosas, los alemanes han dejado de elegir Ibiza para su residencia, sobre todo porque el mercado de la vivienda está lejos de su alcance. Y los que ya vivían aquí han optado por buscar otros parajes. El imposible acceso a la vivienda y la cada vez menos surtida tabla de vuelos. Todo ello conforma un panorama agrio y árido, poco atractivo.
Hurgando sobre el tema descubro que el fenómeno no afecta solo a Ibiza. En varias partes de las costas españolas han perdido población entre los extranjeros europeos. En parte por las mismas razones que Ibiza, pero también por un detalle que nos ha pasado inadvertido. Los censos estaban muy hinchados por razones políticas y prácticas, de cara a obtener más subvenciones. Esto lo ha corregido el INE desde el 1 de enero de 2014.