Ocurre desde hace años y nadie es capaz de dar réplica a las cifras ni de enmendar el desastre de la educación en Baleares. Decir malos es un elogio, somos los últimos entre los peores. Pueden buscarse distintas explicaciones y muchas excusas, pero nadie puede negarlo.
¿Es que cada cual va por su lado sin posibilidad de ponerse de acuerdo? No, en absoluto: para obligar -de forma flagrantemente ilegal- a la inmersión y para pedir de forma compulsiva más dinero al Govern Balear se ponen todos de acuerdo, al unísono. Algunos incluso se pasaron los cuatro años de Bauzá demostrando una valiosa vitalidad para la protesta callejera y para relegar las aulas donde se impartían (es un decir) las asignaturas. Es obvio que no merecen más dinero y que el 98% de los centros practican la inmersión en un barcelonés que desanima a muchos a seguir estudiando o viviendo en nuestra Comunidad.No hay indicador que no nos deje en un ridículo sideral. Estamos a la cola de Europa, mientras el índice de la UE es de 0,58, el de España es de 0,52 , Baleares cierra la tabla con un 0,18, según Desarrollo Juvenil Comparado 2016, elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud.
También obtiene el segundo peor resultado a desarrollo de la juventud, con 3,66 mientras España tiene una media de 4,45. Por detrás solo quedan Croacia, Italia, Bulgaria y Rumanía.
En tasa de abandono escolar temprano, Baleares es la comunidad con la tasa más alta con casi un 27%. En toda España el abandono es del 19,7%. Ante estas cifras uno queda pasmado y preguntándose qué diablos ocurre en las aulas del Archipiélago. Y cómo y quién controla la calidad del profesorado y el desarrollo de sus actividades y no me refiero a esta nefasta moda de enseñar deleitando, que en muchos casos solo es una dejación del aprendizaje de la asignatura.
No es por una fácil incorporación al mercado laboral, como en los años del boom. Estamos perdiendo mucho dinero y mucho futuro.