Menudo chasco se habrá llevado la diputada del PP Margaret Mercadal al ver la relación de viajes de la consellera de Cultura, Participación y Deportes, Fanny Tur. Un “¡zasca!” en toda regla. Y es que Fanny es una mujer inteligente y como tal, evita incurrir en los errores de otros colegas de gabinete. Los viajes a Menorca o Ibiza por parte de los consellers de fuera de Mallorca, siempre han sido motivo de controversia, porque la tentación de colocar en viernes o lunes los actos a los que una, por razón de su cargo, debe asistir, es muy grande. Luego sucede que la oposición te acusa de que los viajes de fin de semana los acaban pagando los ciudadanos y quedas con el culo al aire, perdón por la expresión. Le sucedió a la menorquina Joana Maria Camps, la desdichada consellera de Educación de José Ramón Bauzá a la que, incluso, la Assemblea de Docents llevó a los tribunales para dar explicaciones por sus viajes. El caso fue sobreseído porque no había delito alguno y porque solo denunciaban a Camps, pero no les importaba lo que hubieran hecho otras conselleras, como la menorquina Joana Barceló o la ibicenca Pilar Costa, cuya práctica era idéntica.
Fanny Tur se paga de su bolsillo los viajes a Ibiza en fin de semana, aunque haya un acto público con el que pudiera justificarlo. Así calla bocas y demuestra una elegancia y una finura poco habitual y que escasea en el Parlament hoy en día. Pero colateralmente deja desnuda a Pilar Costa, menos fina que Fanny. Ya demostró mucha categoría cuando renunció a cobrar del Parlament los gastos por su comparecencia en la comisión de investigación de las carreteras de Ibiza el día 9 de diciembre, cuando aún no era consellera. Ahora se ha apuntado otro tanto. Entre tanta simpleza y tanta zafiedad, reconforta ver a una consellera que se anticipa a los problemas y así los evita.