Quédate con quien te coja de la cintura en las noches de luna llena. Quédate con quien te enjugue las lágrimas con una carcajada, con quien te abrace en los buenos y en los malos momentos y con quien se emocione con tus penas y alegrías. Quédate con quien respete tus locuras infantiles y tus miedos viejos y con quien aprecie a tus amigos solo por ver lo feliz que te hace estar a su lado. Quédate con quien te admire y por eso te ame, con quien analice desde el cariño y la objetividad tus defectos y tus virtudes y con quien te haga el desayuno para que tus mañanas comiencen siempre con buen pie. Quédate con quien escuche a tu madre con una sonrisa y abrace a tus sobrinos sintiendo que también son los suyos.
Quédate con quien tenga en su sonrisa la solución a todos los problemas pequeños y en su inteligencia emocional los calmantes para los grandes conflictos. Quédate con quien te diga que podría llegar a ser feliz sin estar a tu lado, porque no eres una droga que necesite vehementemente y sin consciencia, pero que te escoge porque haces el mundo más bonito, los viajes más plenos y los días más cortos.
Quédate con quien te sople cuando precises aire, con quien te bese cuando te falte el oxígeno y con quien te arrope cuando tengas frío. Quédate con quien se lance al agua de tu mano si cubre poco y te retenga cuando no sea seguro, porque en el amor está seguir con ojos abiertos al otro y acompañarlo, no dejarse arrastrar al abismo ni lanzarlo por egoísmo donde sus pies no sientan apoyo. Quédate con quien te enseñe cada día cosas que desconocías y te abra la mente: con quien te haga enamorarte de la magia que rezuman las flores y plantas de un jardín, una receta, un libro, un nuevo grupo, un país o una serie.
Quédate con quien te aconseje no tomar esa última copa, pero que no te “castigue” si lo haces, con quien te recuerde que debes comer sano y hacer deporte, afirmando al instante que su intención es disfrutarte muchos años, y con quien se esfuerza cada día por ser mejor, sacudiéndose la pereza y el tedio.
Quédate aquí; quédate callado junto a esa persona con la que puedas compartir momentos cómplices sin más ruido que un guiño, porque es ahora cuando sentirás que todo cobra sentido.
Y si quien te acompaña cada noche en el sofá no te llena, sino que te vacía, no te hace sumar, sino que te resta, tiene más “noes” que “síes”, más negativos que positivos y en vez de coronarte con un beso de buenas noches te aplasta contra sueños oscuros y te despierta cada día con menos luz, no te quedes, en ese caso vete. Porque el verdadero amor comienza en uno mismo y te mereces que te quieran con tanta pasión, nobleza, entrega, alegría y energía como tú lo harías. Porque el impulso siempre debe llevarnos hacia arriba y nunca hacia abajo y porque alguien, en algún rincón del mundo, te está esperando para decirte: quédate. #elamorsiempreespositivo #noalmaltrato #noalmaltratopsicológico.