Todos ustedes recordarán que Al Capone fue un genio del escaqueo y no había forma de que la policía lo enganchara hasta que un eficiente funcionario especialista en finanzas y contabilidad lo pillo de hoz y coz, no por asesinar este gángster a un montón de gente, sino porque tuvo un pequeñito descuido, cometió la minucia de no pagar a Hacienda: lo empapelaron por evasión de impuestos y entonces ingresó en Alcatraz. Creo que ahora que, supuestamente, el Gobierno de España ha intervenido la autonomía catalana y debería tener el toro por los cuernos (cosa que dudo), sería el momento para que un grupo de los mejores y más lúcidos hombres grises de Cristóbal Nosferatu Montoro inspeccionaran in situ, las Cajas A y tal vez (supuestamente) la B y C y D y E y la X, si existen; las cuentas en el extranjero, porque da la impresión de que el procés ha costado y sigue costando mucha pasta y no sabemos a ciencia cierta de dónde ha salido todo ese lubricante que a lo mejor era para otras necesidades más importantes. Habría que bucear en las cuentas de la Generalitat no desde requerimientos formales llevados a cabo desde Madrid, sino en el meollo mismo, en las catacumbas del Departament de la Vicepresidència i d´Economia i Hisenda, creo que interventores preparados y la UCO podrían depararnos grandes sorpresas. Que una organización paralela creada para fomentar la independencia dentro y fuera de las calles haya facilitado a la Audiencia Nacional, como si nada, el cheque de 150.000 euros para que Forcadell salga de la cárcel es muestra de que sólo conocemos la punta del iceberg de las cuentas de la Generalitat, estaría bien saber la profundidad, la legalidad o no de las mismas.
OPINIÓN | Jesús García Marín
Al Capone
J. García Marín |