No me extraña que cunda el desánimo en el mundo de la educación pitiusa. Batimos todos los récords, pero en negativo: a la menor oportunidad los niños salen por piernas de las aulas y abandonan los estudios. Una mayoría de alumnos no encuentran aliciente en la enseñanza y muchos otros no entienden unas explicaciones en limosín. Lejos de ser un elemento cohesionador -como explican como cotorras algunos responsables- es un motivo de abstención, abandono y fracaso escolar.
En las evaluaciones PISA tampoco queda bien Ibiza. De las últimas de España. Lo peor entre los peores. Lejos de alarmarse y tomar medidas, algunos profesores parecen muy decididos a seguir con sus maniobras de adoctrinamiento, mientras los alumnos ibicencos reciben lecciones en una especie de lengua estándard importada de Barcelona.
Este problema, recreado artificialmente por la ideología del tercer Pacto de Perdedores estaba resuelto, pero crearon tal atmósfera de presión, agresión y huelgas indefinidas que no llegó a cuajar. Un proyecto de enseñanza en tres idiomas; español, inglés y catalán. El inglés se introduciría progresivamente, pero no lo permitieron los sindicatos ni la asamblea de docentes, que dedicaron sus energías a recaudar dinero -con gran éxito- y a agitar la calle y los despachos, en vez de dedicarse a la enseñanza. Cuando volvió a ganar el Pacto antisistema se calmó todo: milagro. Ha llegado la normalización, decían, es decir la inmersión que se está cargando el futuro de los niños baleares.
Ninguna autoridad en pedagogía niega que la educación en lengua materna es esencial para el aprendizaje. De ahí la importancia del bilingüismo en las aulas. Habrá que normalizar la educación cuanto antes, porque lo normal es el bilingüismo.
@MarianoPlanells