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Opinión/Joan Miquel Perpinyà

Valor y precio del REB

| Ibiza |

El asunto del REB huele a maniobra política de típica factura socialista. Pero no hay nada de qué preocuparse porque el asunto está ‘dat i beneït', como decimos en Mallorca. No les quepa ninguna duda. Habrá Régimen Especial para Balears en breve.

El Gobierno de España no puede dejar con el culo al aire al Govern de les Illes Balears y menos aún a su presidenta, Francina Armengol, que tanto se juega políticamente con este asunto. Que fuera un Ejecutivo socialista presidido por Pedro Sánchez, el amigo de Balears, el presidente que conoce perfectamente las inquietudes y necesidades de las Islas, el que hiciera naufragar un acuerdo que ya había sido negociado por el Govern con el Gobierno de Mariano Rajoy, sería cavar la tumba política de Armengol.

No haría falta ni que se presentase a las elecciones porque la campaña se la estaría haciendo su propio partido desde Madrid, pero para que el resto de fuerzas políticas -y también las fuerzas sociales que han estado confiando en la viabilidad de un nuevo REB que solucione de una vez por todas los desequilibrios y desventajas que acarrea la insularidad- le reprochasen permanentemente semejante fracaso.

Nadie se intranquilice. Habrá REB y se disfrazará de un gran éxito de Armengol y de Catalina Cladera, que buena falta le hace a la consellera encargada de las emergencias, ahora que la oposición la tiene en el punto de mira más por el apagón de Menorca que por la riada de Sant Llorenç. El truco es más viejo que el ir a pie. Anunciar ahora que se ha cerrado un acuerdo luce poco.

O en todo caso luce menos que filtrar a un medio que la cosa está bloqueada y que no saldrá adelante, para días más tarde decir que gracias al buen hacer de nuestra presidenta y de sus demostradas dotes de persuasión, ha logrado doblegar a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para que acabe con nuestra injusta infrafinanciación que soportamos desde hace demasiados años y que lastra la economía de Balears.

Sabemos el precio del REB: 400 millones del fondo de insularidad. Pero ¿sabemos lo que cuesta? Porque una cosa es el precio y otra su valor. Y el PSIB necesita destacar lo que cuesta llegar a tener el REB y atribuirse el mérito. Anunciarlo sin más es restarle valor al acuerdo que a buen seguro ya cerrado. De ahí que se diga que no lo habrá para luego aparecer como quien contra todo pronóstico, finalmente lo logró. Y todos aplaudiendo.

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