Es conocida la dificultad de los funcionarios para acceder a una vivienda en Ibiza y el efecto que esto produce en la sanidad balear. En la última OPE de médicos de familia han quedado vacantes 58 plazas.
La escasez de médicos afecta directamente a la calidad de la atención y al aumento de las listas de espera. No se entiende pues que el PSOE de Francina Armengol dificulte aun más el acceso a esas plazas exigiendo el catalán como requisito; y me cuesta encontrar razones que justifiquen medida tan contraria a la salud y bienestar de los ibicencos.
Se me ocurre que la Sra. Armengol pudiera actuar cegada por un intenso amor a la lengua catalana. Un amor obsesivo y celoso que le hace ver amenazas en el resto de las lenguas. Esto explicaría que en Baleares no se pueda estudiar en castellano y encaja con la definición de Jorge Bustos de nacionalismo como «el machismo de los pueblos».
Otra explicación podría ser su desprecio al castellano. La lengua de las bestias según el Sr. Torra. Acaso Armengol considera que el uso del castellano supone un mal mayor a cualquier dolencia; o tal vez, influida por las teorías del Dr. Robert, estime el cráneo catalán como el mejor dotado para la práctica de la medicina.
Recordemos aquí quién era el doctor Bartolomé Robert. Médico, alcalde de Barcelona, nacionalista y amante de la música de Wagner; estudió los diferentes tipos de cráneo en las distintas regiones de España y difundió ciertas opiniones que podrían calificarse como racistas a pesar de haber sido compañero en la Universidad de Barcelona de un cráneo tan aragonés como el del Nobel Santiago Ramón y Cajal.
Reconociendo que la Sra. Armengol es una buena persona, madura e inteligente, la causa más probable de esta medida tan irracional podría atribuirse a la bonhomía de nuestra presidenta. Quizá simplemente quiere agradar a sus socios nacionalistas. No es descabellado dado que es costumbre en el Partido Socialista complacer a los partidos más radicales siempre y cuando les permitan gobernar o viajar en Falcon a precios reducidos.
No me cabe duda de que si el PSOE necesitara el apoyo de Vox para gobernar, nos obligaría a todos a ir a misa por la mañana y a los toros por la tarde.
Las medidas discriminatorias por razón de lengua, raza o religión nunca han beneficiado al ejercicio de la medicina. En la época medieval los médicos sefarditas gozaban de gran prestigio. Sus servicios eran requeridos por todo hijo de vecino hasta que el fanatismo les obligó, en el mejor de los casos, a abandonar la península, con el consecuente detrimento para la sanidad española del momento.
Por muy competentes que fueran, Maimónides o Ramón y Cajal tendrían complicado trabajar en Baleares. No obstante, quienes más padecen el deterioro de la Sanidad no son los médicos sino los ciudadanos.
Visto el desinterés de la Sra. Armengol por nuestra salud y previendo que el PSOE seguirá gobernando al menos durante este invierno, recomiendo al lector que se abrigue y evite resfriados. ¡Salud!