La verdad es que Pablo Iglesias está que se sale. Yo creo que es un hombre del Renacimiento porque pontifica en todos los campos: desde como poner pañales a los niños, hasta cómo tiene que hacer la Real Academia Española el Diccionario de la Lengua. También domina la historia de México y ha dicho que López Obrador tiene razón cuando casi nos acusa de genocidas. Pablo vale igual para un roto que para un descosido: puede ser lo mismo jefe de escrache con altavoz en mano, que asesor de Maduro, o hasta ministro de lo que le den, que es para lo que se postula últimamente, entre otras cosas porque ser ministro mejora la pensión.
Ahora este líder carismático nos sale con una serie de medidas que le quiere exigir a Pedro Sánchez, algunas son de renta básica mínima, pero hay otras que son de modelo de Estado. O sea, tú te levantas por la mañana, te colocas la coleta, miras hacia la cruz del Valle de los Caídos que se ve desde la dacha de Galapagar, dejas a los nenes en la guardería… y te vas al Círculo de Economía de Sitges a decirles a los empresarios, así a bote pronto, sin informes y como un iluminado, que tenemos que hacer un país bicapital (que no bipolar) y policéntrico. Y lo dices en una charla más propia de una pitonisa de cine de barrio que de un sesudo politólogo de asamblea de bar de la Komplu. Ibiza ya es policéntrica, depende de Sánchez, de Armengol y sobre todo, de su propio dinamismo económico al margen de los políticos. Cabe exigir a los voceros de los partidos y sectas políticas que no hablen por boca de ganso.