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Opinión | Joan Boned

Para algunos solo vale lo de «cuanto peor mejor»

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A día de hoy, desafortunadamente para todos, seguimos con un gobierno en funciones. La última contienda electoral, arrojó un resultado incierto a la hora de poder conformar un nuevo gobierno de la nación; con un Congreso de Diputados tremendamente dividido y sin ningún partido con una mayoría suficiente para gobernar en solitario. La dificultad actual es tal, que los números no dan ni tan siquiera para que un pacto a dos, permita facilitar la investidura de un presidente, salvo si se alcanzara un acuerdo derecha-izquierda, cosa altamente improbable en nuestro país.

Por todo ello, parece claro que las opciones se reducen a un gobierno con mayoría de izquierdas, o de otro con mayoría de derechas; con la necesaria colaboración en ambos casos de los partidos regionalistas i nacionalistas. Y en esas estamos en estos momentos y después de haber fracasado la misma intentona en las elecciones de abril.

El rápido acuerdo alcanzado por el Psoe y Unidas-Podemos es el punto de partida de la nueva negociación en curso. Y esta circunstancia esta haciendo que todos los partidos políticos se vean obligados a pronunciarse al respecto. Los de derechas se muestran inflexibles en su posicionamiento y se niegan a facilitar, ni por activa ni por pasiva, un futuro gobierno de izquierdas; utilizando unos argumentos para justificar tal decisión, no exentos de importantes contradicciones.

Resulta contradictorio que se diga que en ningún caso darán su apoyo a unos partidos que están negociando con grupos independentistas o nacionalistas y teniendo en sus manos facilitar la conformación del único gobierno posible en estos momentos, dejando fuera del acuerdo de investidura a los partidos nacionalistas mas radicales, tampoco están dispuestos a hacerlo. Para ello, bastaría que una parte de esa derecha se abstuviera en la votación de investidura del candidato propuesto por el rey y que es el que a priori cuenta con el mayor número de apoyos.

De los tres partidos de derechas, PP y VOX son los que en principio abanderan esta postura radical; y el tercero es decir Cs, se tira a la piscina con una propuesta de acuerdo que resulta absurda; ya que están ofertando unos votos sobre los que no tienen ningún control.

Están proponiendo un acuerdo a tres bandas, entre PSOE-PP-CS, sin parecer que quieran enterarse de que el Partido Popular no quiere saber absolutamente nada acerca de esta opción. Esta claro que esta idea, es la única salida que se le ha ocurrido a Ciudadanos, para intentar tener algún tipo de protagonismo después del revolcón que les dieron los electores el pasado mes de noviembre.

Es más que evidente cual es el juego del tripartito de derecha+extrema derecha. Ante la evidencia de que la suma de los tres en ningún caso les da la mayoría suficiente para gobernar y que su incapacidad para conseguir apoyos fuera de ese trío, corta de raíz cualquier aspiración en ese sentido; solo tienen en mente un objetivo, que no es otro que tratar de forzar una tercera convocatoria electoral. Están aplicando aquello de «ni comen, ni dejan comer».

La derecha de este país, está convencida que su mejor baza pasa por que se repitan nuevamente las elecciones; convencidos tanto PP como Vox, que seguirían mejorando sus resultados. Con ello lo único que demuestran es que en ningún caso tienen la vista puesta en el interés general, que su pensamiento está muy alejado de lo que conviene a la mayoría de ciudadanos, que no es otra cosa que tener un gobierno definitivo cuanto antes.

Los electores han decidido por segunda vez consecutiva, que prefieren un gobierno de izquierdas. Deseable sería que se impusiera la sensatez y que la investidura que ha de votarse próximamente, consiga la mayoría suficiente.

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