Dando la vuelta a las declaraciones del capitán marítimo (se nota que es mercante) a Periódico de Ibiza, lo que muchos consideramos un grave error y una barbaridad sería el regreso de los ferrys a San Antonio. También hay que proteger a bañistas, pescadores y navegantes hedonistas, al medio ambiente, a las posibilidades de mejora real en calidad de vida y resurgimiento de la mejor zona geográfica de las Pitiusas, tan estúpidamente castigada por los que solo piensan a corto plazo.
Es algo chocante que, ecológicamente, se proteja más a las gaviotas y lagartijas de Conejera que a los habitantes de Portmany.
El debate está abierto con nuevas declaraciones cada semana, pues hay muchos intereses en juego allende los mares. Sin embargo, para San Antonio y los que gozan de la bahía, los ferrys suponen claramente más inconvenientes que ventajas. Y la resolución definitiva (¿o será otra moratoria?) se acerca. El pleno del ayuntamiento votó en contra de los ferrys por un voto valiosísimo. Eso ha provocado el berrinche de los que dependen de Ports IB. También la sorpresa del alcalde Marcos Serra, ambiguo al respecto en su programa electoral pero que ahora apoya a los ferrys. No dudo de su buena intención, pero creo que se ha dado un tiro en el pie.
La armonía de la bahía es el trampolín de la recuperación portmanyí, mucho cuidado con ella. Los ferrys cumplen una labor fundamental y para eso tienen puerto seguro en Ibiza, modificado a su medida. Pero su tráfico rompe la escala humana de la bahía, con terribles consecuencias. No se puede tener todo.