Cuando estalló el escándalo del gurú de Més per Mallorca la pasada legislatura y varios altos cargos de la formación mallorquina dimitían de sus cargos institucionales, por supuesto de manera injusta, este periódico fue informando sobre las ramificaciones del cerebro de la campaña electoral con el Consell de Formentera.
Durante la investigación en solitario se descubieron auténticas joyas, que por supuesto no fueron suficientes para que los jueces investigasen durante un tiempo prudencial para aclarar si había irregularidades. Entre otras curiosidades se supo que Jaume Garau utilizaba su empresa para realizar informes que él mismo hubiese podido aportar como director general del Govern. Se ve que el gurú no ganaba lo suficiente como director general de temas europeos que hacía informes desde la empresa de cabecera de Més, los que nunca han cometido una irregularidad y exigen a los demás transparencia y máxima honradez. El tema del gurú quedó en nada en los juzgados, igual que el caso Eivissa Centre de los sobres y las grabaciones, pero el tema de Formentera apestaba, lo dijese o no un juez. Afortunadamente, la Comisión Nacional de la Competencia nos hace confiar de nuevo en las instituciones y ha dejado en evidencia a jueces y fiscales que no vieron ninguna de las irregularidades sobre el papel del gurú a la hora de conseguir informes totalmente prescindibles e irrelevantes.
Por si alguien no se acuerda es oportuno saber que hace años algunos dirigentes políticos acabaron en prisión por asuntos similares, pero aquí ya se sabía antes de empezar la investigación judicial que acabaría en archivo. Ahora falta por saber qué persona o personas ayudaban a la empresa de Garau desde el Consell de Formentera a participar en este tipo de contratos con instituciones, pero ya les aviso que no moverán ni un solo papel. Y pese a todo, presumirán de transparencia.