Si hay algo en esta vida que me gusta más que nada es mi trabajo, no el de política, que también, sino el que he vivido desde el año 1994 en que empecé como inspectora de pesca. El mar y la pesca son mi pasión, no lo puedo negar, y cualquier persona que me conozca lo podrá corroborar.
Son muchos años junto a un sector, el de la pesca, profesional y recreativa, que me ha dado mis mayores alegrías y también alguna pena. Desde siempre me he relacionado con pescadores, era muy joven cuando ya acompañaba al alba a recoger redes y me enseñaban todo lo que sabían. Tengo una amiga que me dice que lo mío con el gran azul es obsesión, y yo siempre digo que no, que es pasión y amor por el sector.
Pero ahora no he venido a hablar de mí, sino del duro trabajo de los pescadores en su día a día y lo mal que lo están pasando actualmente.
A fecha de hoy, el sector pesquero profesional de las Illes Balears y de nuestro Mediterráneo está agonizando. Si alguien no pone remedio a lo que está pasando, lo próximo que comeremos es pescado de Marruecos o Senegal, pues el barco tiene una vía de agua y nadie les acerca una bomba de achique.
A todo el mundo le gusta ir al mercado o al restaurante a comer un buen pescado o marisco fresco de nuestros pescadores, pero la realidad es que cada vez se lo están poniendo más difícil para sobrevivir.
Una cosa que está clara es que la Dirección General de Pesca de las Balears es la menos dotada a nivel económico y de medios. Parece que como el sector pesquero profesional y recreativo se ha ido manteniendo y no se ha quejado nadie, las cosas ya van bien. Pues no señores, no. Realmente lo que está haciendo es agonizar.
En primer lugar, tenemos la Política Pesquera de la Unión Europea que nos pone a todos en el mismo saco, como si nuestro esfuerzo pesquero, me refiero al de Balears, fuera comparable al de Francia y Europa, que es lo que están haciendo a fecha de hoy. Pues no, si hay algo por lo que se caracterizan nuestros pescadores es porque siempre han luchado por proteger sus recursos pesqueros de que disponemos. No ha tenido que venir ni Europa ni Madrid a decirnos qué teníamos que hacer. Hemos sido pioneros en Reservas Marinas y Zonas de veda o protección especial para poder seguir conservando nuestros recursos.
¿Pero qué está pasando a fecha de hoy? Nuestros pescadores agonizan. La fuerte normativa Europea que se está imponiendo sin tener en cuenta la idiosincrasia particular de nuestras islas y nuestro Ministerio que no quiere tener en cuenta para nada las posibles alegaciones y propuestas que se presentan por parte del sector están provocando una debacle general.
Podemos hablar de los pescadores profesionales de arrastre, que a este paso no quedará ninguno, pues la férrea disciplina europea y mal defendida por nuestro Ministerio hace inviable su supervivencia.
Podemos hablar de las embarcaciones de artes menores de Balears, las cuales han visto reducidas sus jornadas también al mínimo y cada vez más controladas, gracias a la implantación de la futura caja verde.
Podemos hablar también del atún rojo, especie altamente protegida en su momento y que actualmente es una plaga. Es un animal depredador nato y que está acabando con nuestras especies tradicionales como puede ser la sirviola o incluso la pesca del boquerón por parte de los pocos barcos profesionales de Cerco que tienen las Baleares.
A fecha de hoy, hay exceso de atún rojo en el Mediterráneo y más en Baleares. La falta de control sobre esta especie (muy protegida por Europa a través de ICCAT) está haciendo que los recursos marinos disminuyan. En el 2006 se prohibió la pesca de esta especie a las embarcaciones de artes menores y de cerco de Balears, y no fue hasta 2018 en que se consiguió volver a dar una cuota mínima a las embarcaciones de pesca profesionales de artes menores de Baleares, quienes lo habían pescado tradicionalmente. Pero la realidad es la que es, hay demasiado atún rojo en nuestras aguas y debería abrirse el cupo de capturas, siempre controlado, a estas embarcaciones profesionales, incluso a las de cerco profesional de nuestras islas, quienes están viendo dentro de sus artes más atún rojo (que deben desechar) que boquerón.
En relación a la pesca recreativa o submarina, también podríamos hablar de sus derechos y deberes, pero lo dejo para otro capítulo. Tampoco los abandonamos, que lo sepan.
Así podríamos seguir hablando de muchos otros temas relacionados con nuestros pescadores profesionales que tan mal lo están pasando a fecha de hoy. Nuestros representantes actuales del Govern balear no están a la altura del problema que existe. Es por ello que el sector debe ir más unido que nunca para poder defender sus intereses y desde el Partido Popular queremos mostrarles, como hemos hecho hasta ahora, nuestro más firme apoyo y, que como diputada del Parlament balear, me pongo a su disposición para lo que necesiten. SOS Sector Pesquero Profesional.