Celebramos el misterio de la Santísima Trinidad. Misterio central de la fe y de la vida cristiana. En esta solemnidad confesamos y veneramos al único Dios en la Trinidad de Personas. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres personas distintas, de única naturaleza e iguales en dignidad.
En su nombre hemos sido bautizados. Por la gracia del Bautismo, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, somos partícipes en la vida de la Augusta Trinidad; aquí abajo en la oscuridad de la fe, y después de la muerte en la luz eterna. A Dios Padre atribuimos la Creación; a Dios Hijo, la Redención; a Dios Espíritu Santo, la santificación. El Señor dijo a sus discípulos: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos».
Ante estas palabras de Cristo, a los Apóstoles allí presentes, y después de ellos sus legítimos sucesores reciben el mandato de enseñar a todas las gentes su doctrina. Termina el Evangelio de San Mateo con estas divinas y consoladoras palabras del Señor: «Sabed que yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo».
El Señor Jesucristo nos llena de esperanza de gozo y alegría a todos los creyentes en nuestro adorable Redentor. La autoridad de la Iglesia viene directamente de Jesucristo. Quien a vosotros oye, a mí me oye; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza. La misión de la Iglesia es la de continuar por siempre la Obra de Cristo.
Él, Jesucristo, es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Cuando el apóstol Felipe dice al Señor: «Enséñanos al Padre y esto no basta». «Felipe –le responde Jesús–, quien me ve a mí, ve al Padre». No hay nada que pueda satisfacer plenamente la sed de felicidad del corazón humano. Únicamente en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, podemos encontrar la suprema felicidad que satisface plenamente. ¡Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo!
... bravo... has superado el RECORD de colocación de MAYÚSCULAS en un texto... (aunque no creo que ayude para llamar la atención)