Este martes, 17 de agosto, se ha cumplido el cuarto aniversario de los atentados del 17-A en Barcelona. Dieciséis personas fallecieron y más de 130 resultaron heridas tras un ataque terrorista que comenzó en La Rambla de Barcelona y terminó en Cambrils. El caso acabó con condenas de hasta 53 años para los únicos responsables que siguen vivos: Mohamed Houli y Driss Oukabir. Aún así, las víctimas de la masacre lamentan el abandono de las administraciones y el retraso de las indemnizaciones.
A raíz del aniversario del 17-A, déjenme que les recuerde que España mantiene vigente el nivel 4 de alerta terroristas en todo el territorio. Se trata del segundo escalón más alto de los que establece el Ministerio del Interior.
Es cierto que la pandemia de la COVID-19 ha ayudado a restringir la movilidad, pero ha provocado que estemos más horas conectados a Internet. Ello ha incrementado el riesgo de radicalización online. El reciente informe de Europol EU Terrorism Situation and Trend Report (TE-SAT) 2021 indica que «los terroristas aumentaron la cantidad de mensajes difundidos en la Red con el objetivo de propagar su ideología y explotar la insatisfacción social con las medidas adoptadas por los gobiernos para luchar contra la COVID-19».
Además, la Europol añade que «las oportunidades de perpetrar ataques terroristas con un gran número de víctimas disminuyeron, ya que muchos objetivos blandos, como eventos, museos, iglesias o estadios, estuvieron cerrados o solo accesibles a un pequeño número de personas».
Por tanto, tenemos que tener presente que, a pesar de estar inmersos en una pandemia, el terrorismo no cesa. Muy al contrario, la actividad terrorista online ha aumentado. No bajemos la guardia contra el terrorismo.