Sin seguimiento y dejándote a tu suerte. Así se sienten muchos de los pacientes COVID-19 tras conocer, a través de un mensaje telefónico, el resultado de la prueba PCR. Positivo o negativo, ésta es la única información que verás en la pantalla de tu dispositivo móvil una vez hayan transcurrido 24 horas desde la realización del test. Pasan las horas, pasan los días y nadie del Servicio de Salud balear se pone en contacto contigo para informarte de los pasos a seguir. En el mensaje, junto al diagnóstico, un enlace que te dirige a la página oficial de Ibsalut. Si accedes porque eres positivo, un virus enorme te marca el camino por la plataforma sanitaria. Apartados como ‘Avisa a los contactos estrechos' o ‘Higiene', te hace intuir que tú mismo tendrás que tramitar, a partir de ese momento, gestiones como, por ejemplo, una próxima prueba para saber si la infección sigue activa o no o la tramitación de la baja laboral.
La explosión de contagios ha vuelto a colapsar la Atención Primaria y ha puesto contra las cuerdas al sistema de seguimiento de casos y contactos. Esta saturación obligó al Govern a tomar cartas en el asunto y, por eso, desde la Conselleria de Salud contrataron a 190 nuevos profesionales para formar parte del equipo de rastreo de contactos. No obstante, resulta insuficiente si observamos la falta de control sanitario. Esta desatención genera múltiples dudas y confusiones entre los vecinos, especialmente en las personas más dependientes o en los ancianos. También hay personas con discapacidad visual que no pueden gestionar estos trámites a través de los dispositivos móviles. En definitiva, nos estamos acercando ya al pico de esta sexta ola y continúan las mismas dudas: ¿La cuarentena empieza con los primeros síntomas o cuando me envían el diagnóstico? ¿la empresa tiene que comunicar los procesos de baja médica en los casos de COVID-19? ¿Las altas se realizarán a los siete días de forma automática?
Los ciudadanos quieren respuestas y muchos quieren que su vía informativa siga siendo la llamada telefónica, un medio que, teniendo en cuenta el colapso sanitario, no resulta muy efectivo.