Muchos años han pasado ya desde que el Ayuntamiento de San José abrió el primer expediente de disciplina urbanística al polémico establecimiento turístico, en su mayor parte ilegal, Casa Lola. Concretamente 12 años en los que diferentes equipos de gobierno y diferentes concejales de Urbanismo han tenido que lidiar, tanto administrativamente como judicialmente, con una propiedad que se pensaba que todo valía y que ha sabido ir mareando la perdiz en los tribunales para mantener las ilegalidades desde el año 2010, con todo el beneficio que eso le habrá reportado.
Por tantos años de lucha y por la posibilidad de poder poner fin, definitivamente, a esta impunidad, entiendo la emoción que tuvo el alcalde del municipio, Ángel Luis Guerrero, al anunciar que el próximo 9 de agosto, a las 9 de la mañana, se iniciarían los trabajos de demolición de todas las irregularidades que se han ido acumulando en la finca a lo largo de los años.
En lugar de ponerse la medalla, como podría haber hecho cualquier hijo de vecino por lograr, en principio y si nada se tuerce, esta importante victoria, el alcalde de San José tuvo palabras de agradecimiento por el trabajo realizado contra estas infracciones por los anteriores concejales de Urbanismo en diferentes legislaturas: Josep Antoni Prats, de Ara Eivissa, que fue quien abrió el primer expediente urbanístico a Casa Lola, y Javier Marí, del Partido Popular, que fue el artífice del segundo expediente de disciplina urbanística a la propiedad.
Y aunque, como he dicho, habrá que esperar hasta el día 9 de agosto para comprobar que nada se tuerce, Guerrero ya ha anunciado que antes de que termine el año habrá más demoliciones de obras ilegales. Como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena.