El actual líder de Més publicaba hace unos días un tuit en el que se quejaba de masificación de vehículos en la carretera de Valldemossa e incluía una imagen. La foto la tomó en uno de esos días sin sol cuando los turistas aprovechan para visitar los típicos lugares turísticos de Mallorca. Otras muchas carreteras se encontraban igual y especialmente los accesos a Palma. Lo curioso, en el caso del líder de Més, es que algunos le recordaban que su formación lleva siete años gobernando de forma ininterrumpida en Balears y que no era el más indicado para quejarse sino, por el contrario, su partido debería haber tomado medidas contra la masificación. Esa es la clave del problema. Los que se han quejado durante años sobre la masificación turística y el turismo de masas no han hecho absolutamente nada para solventar la solución y este verano, posiblemente por las ganas que había de viajar tras dos años de pandemia, la situación se ha agravado y las ciudades se han convertido en espacios insoportables para los residentes. Ocurre en Palma, en Ibiza, en Nueva York, París y seguramente en Londres. La diferencia es que aquí gobiernan partidos que han hecho bandera sobre la masificación y han tenido una oportunidad de oro para acabar con ella. Pero no lo han hecho.
Para intentar acabar con la masificación lo primero que tendrían que haber hecho, y desde el primer día, era no acudir a las ferias turísticas, sobre todo las tres importantes. No es que no hayan suspendido la promoción en las ferias sino que han acudido en masa consellers (dos de Més, por cierto), directores generales, asesores y funcionarios durante días a promocionar Balears como destino turístico tras decir durante años que venían demasiados turistas. La contradicción es evidente y ya serán los votantes de Més en 2023 los que juzguen que sus dirigentes se apuntaran con tanto entusiasmo a las fotografías de las ferias turísticas. También hay que decir que si se consiguen turistas en las ferias es gracias a los profesionales ya que, sorprendentemente, lo que hacen los políticos es hacerse fotos y hablar sobre la actualidad política que se vive en Palma. No hace falta viajar tantas horas en avión para decir lo que pueden declarar en el Parlament.
Otra medida que deberían haber adoptado con valentía es pedirle a AENA es que redujese el número de vuelos que llegan cada día de verano a Balears. Teniendo en cuenta que AENA está dirigida por una persona próxima al PSOE se ha perdido una oportunidad histórica para reducir el número de turistas que llegan a diario a los tres aeropuertos de las Islas. Y lo mismo hubiesen tenido que hacer con las navieras, pero no me consta que hayan hecho alguna gestión.
Nos encontramos en un momento de masificación total y sin medidas a la vista para resolver la situación, si bien soy de la opinión de que cada uno viaje donde quiera si hay transporte para hacerlo. Pero resulta hasta ridículo que los que han tenido durante casi dos legislaturas la oportunidad de aplicar sus políticas se sigan quejando como si estuviesen en la oposición. Por desgracia para ellos han llegado tarde y en poco menos de un año no pueden tomar ninguna medida efectiva. Y será complicado disponer de otra legislatura para intentarlo.