En el Juego de Tronos ibicenco, ya se escucha el estruendo de espadas y puñales afilándose para llegar al 28 de mayo. Las espadas son para el adversario, mientras que los puñales son para los «compañeros». Los adláteres de cada partido intensifican sus loas y, con ello, el bochorno que provocan para poder rascar un puestecillo en una lista que les permita salir en la foto. Un PSOE de los noventa, dirigido por el clan Costa & Agustinet, se enfrentará a un Vicent Marí que se les sigue atragantando.
Los gobiernos de Vila, de Baleares y de España están en manos de los socialistas desde hace casi ocho años pero nos siguen vendiendo que (ahora sí) van a cambiar el modelo turístico y que su máxima prioridad es el acceso a la vivienda porque hasta ahora no han tenido tiempo. Estaban ocupados regando con más de un millón de euros a su radio mientras en Ibiza tenían el cuajo de criticar el reparto de publicidad institucional. Así, sin ruborizarse.
Agustinet ya ha anunciado que plantará cara al PP para encaramarse a la quinta planta del Consell con la misma estrategia fallida de su predecesor caído en desgracia que todavía coleteará agonizante por colarse en el Parlament. Tras pasar 4 años balbuceando en el desierto de la oposición bramando por el contrato de La vida islados, ahora han metido su brazo de la fiscalía anticorrupción en campaña para querellarse contra el presidente con la ingenua esperanza de hacerle caer. Desgastado, sin proyecto y con su última bala antes de jubilarse, un irascible Agustinet capitanea una nave con marineros con ambición de oficiales que no saben hacer un nudo. Mientras avanza hacia las rocas sin margen de reacción, Brutus aguarda paciente en Can Botino para darle sepultura y susurrar ‘a rey muerto, rey puesto'.