En los últimos tiempos se oye con cierta frecuencia a gente joven y no tan joven, usar un argumento de autoridad inapelable: ya te digo yo que sí, o ya te digo yo que no. La prueba del argumento que se defiende es que el hablante lo dice, y desde este punto de vista no hay nada más que decir, ni demostración que hacer, porque ya te lo digo yo. Fin de la discusión.
Que tal forma de hablar la usen en los institutos legiones de adolescentes a medio cocer, tiene un pase, aunque no deja de ser una catástrofe dialéctica colectiva semejante a la utilización compulsiva del «en plan…», o el comienzo de cada frase con un «la verdad es que…», elementos que caracterizan la expresión oral de nuestros jóvenes y universitarios. Pero que esta elemental y básica forma de argumentación sea usada por líderes políticos a quienes se supone en posesión de inteligencia suficiente para gobernar, es descorazonador.
Las instituciones públicas [in]competentes en materia de vivienda han fracasado estrepitosamente en su objetivo de resolver el grave problema de acceso a la vivienda que se sufre en Balears y más específica y gravemente en las Pitiusas. En casi dos legislaturas de Govern de izquierdas, y con más de cuatro años y medio de un Gobierno de España en manos socialistas, las cosas han ido claramente a peor. La situación actual no puede ser más lamentable y cunde el desánimo incluso en las filas progresistas.
Esta semana, la líder de Unidas Podemos en Balears y diputada en el Congreso, Antònia Jover, protagonizó una rueda de prensa donde admitió que las políticas progresistas «no han conseguido frenar» el problema de la vivienda en las Islas. Realmente no es que no lo han conseguido frenar, sino que lo han situado en la cúspide. No debemos minusvalorar las consecuencias de la ineptitud de nuestros gobernantes.
Tras esta confesión, cuando lo procedente hubiese sido presentar su dimisión, junto a los ineptos compañeros que la acompañaban, y para lo que es de interés en Ibiza, la vicepresidenta del Parlament, Gloria Santiago, Jover expuso su doctrina «ya te digo yo que sí». Se puede restringir la compra de vivienda a no residentes, este es el nuevo engaño que promueve Unidas Podemos y Més per Mallorca, para tratar de confundir a la sociedad y tapar su manifiesta ineptitud para resolver el drama que nos asola.
Se trata de la vieja maniobra de, en los estertores de la legislatura, cuando ya nada se puede hacer, endosarle el muerto a otra Administración para responsabilizarla de la situación. No importa que la inmensa mayoría de expertos sostengan que limitar la compra de viviendas a extranjeros comunitarios, es absolutamente inviable por inconstitucional y por ir contra la legislación de la Unión Europea. Sostiene la diputada Jover que «la limitación de la compra de viviendas a no residentes es posible si hay voluntad política». Ya te digo yo que no, Antònia.
FONDOS BUITRE
Unidas Podemos está fracasando estrepitosamente en su promesa de limitar el precio de los alquileres, al no lograr convencer a sus socios del PSOE a adoptar una medida controvertida, que muchos consideran contraproducente y que puede agravar aún más la situación, al sacar del mercado un buen número de viviendas cuyos propietarios preferirán tenerlas vacías que alquilarlas a un precio bajo establecido por las autoridades.
Ante su fracaso, se sacan el conejo de la chistera de la prohibición de vender inmuebles a extranjeros, como si la compra de villas de lujo en suelo rústico por parte de ingleses o alemanes, tuviese una notable afectación en el precio de la vivienda urbana.
Y ahora también, exhiben su sectarismo y su ignorancia supina de mano, cómo no, de Gloria Santiago, quien ya demostró su total incapacidad siendo directora insular del Consell d'Eivissa entre 2015 y 2019.
«A quienes han atormentado el mercado de la vivienda exprimiendo hasta el último euro a la clase baja y media de esta sociedad, hoy advertimos que las casas están para vivir, no para especular», afirma Santiago. Y añade: «Mientras hay gente con diez viviendas, otras no pueden independizarse ni permitirse siquiera la entrada de la hipoteca», que es como decir que mientras hay gente que come cinco veces al día, a menudo de caviar, ostras y champán, hay quien tiene que ir al comedor social de Cáritas para almorzar un plato de lentejas con chorizo, si hay suerte. Lo increíble es que la joven vicepresidenta youtuber no mencionó ni a los bancos ni a los fondos buitre, señal inequívoca de que está en baja forma y que ha perdido facultades tras tres años y medio vegetando en el Parlament. Y es que no se puede ir a las elecciones habiendo zanganeado de forma tan exagerada, querida Gloria. Ya te digo yo que no.