Acuatro meses de las elecciones autonómicas y locales, en Formentera ya conocemos a las candidatas de dos de los tres partidos que optan al Consell. Ana Juan por los socialistas y Alejandra Ferrer por GxF repiten candidaturas. En ese sentido no ha habido sorpresas y todo pinta a que tampoco las habrá en Sa Unió que ya ha aclarado que comparecerá a los comicios de nuevo en coalición (PP + Compromís) y todo apunta a que de nuevo su líder será Llorenç Córdoba, lo que debe confirmarse en los próximos días.
Con este panorama continuista, en el que los candidatos y candidatas son viejos conocidos de los votantes, lo que va a determinar la decisión de estos va a ser sin duda los nombres que conformen cada una de las listas electorales.
Reunir a una veintena de personas con capacidad para ponerse al frente de responsabilidades de gobierno, llegado el caso de resultar escogido, no es tarea fácil en una sociedad pequeña como la formenterense.
Dejar la actividad habitual para comprometerse durante cuatro años con la vida pública es una cuestión de compromiso serio y en muchos casos de vocación de servicio público.
Se habla de lo mucho que cobran los consellers y lo bien que viven. Sinceramente, poco me parece lo que los representantes públicos perciben por su dedicación y sobre todo por el hecho de estar continuamente cuestionada su labor por muchos ciudadanos que siempre saben hacerlo todo mucho mejor que ellos.
Por el bien de la isla, deseo que los tres partidos escojan con buen criterio a los que mañana pueden estar al frente de la institución. Y a los que finalmente decidan comprometerse que lo hagan con responsabilidad y compromiso con el bien común, dejando a un lado los egos e intereses personales o de colectivos amigos. Quedan cuatro meses.