La terrible agresión sufrida por el taxista Omar Bouhia la semana pasada ha indignado al pueblo de Formentera. Una brutal paliza por parte de un luchador de élite, dejó a la victima muy mal trecha con 5 fracturas en la cara, que hicieron necesario su traslado a Can Misses en helicóptero y una larga intervención quirúrgica para intentar reparar lo que nunca debió suceder. La familia nos cuenta que la operación ha salido según lo esperado y ahora deseamos que Omar se recupere lo antes posible.
Unas horas antes de la intervención, el taxista recibió el enorme abrazo de más de 300 personas que se concentraron en la plaza de Sant Francesc, para rechazar la violencia en la isla y manifestar su apoyo a las víctimas y familiares de este tipo de actos.
La asociación de vecinos de Formentera, convocantes de la concentración hicieron público un manifiesto con un mensaje muy claro: «Esta es una isla tranquila en la que no se permiten este tipo de actos». El aplauso unánime de los presentes debió traspasar es Freus y llegar hasta la habitación de hospital, desde la que Omar envió una nota de voz de agradecimiento por el apoyo.
Es emocionante ver la reacción solidaria de un pueblo, que convierte la paliza a uno de sus miembros en una agresión al conjunto de la sociedad y reacciona con contundencia. Es una lastima que esa misma sociedad no tenga una reacción parecida, frente a otra agresión permanente que afecta a un gran número de personas y familias: la imposibilidad de encontrar una vivienda digna en la que poder echar raíces.
En esa otra agresión sin golpes físicos, cada uno mira a su ombligo. Los propietarios engrosan su cuenta de resultados y las víctimas acaban perdiendo y sintiéndose desamparadas, sin manifestaciones públicas de apoyo.
Ánimo Omar y familia.