Hoy último día del año, es el mejor para tratar de tener una visión de lo ocurrido en el año que se acaba y de intentar aventurar lo que pueda aportarnos el nuevo año. Si nos ceñimos a la política, hay dos temas que han marcado 2023. En el primer semestre del año, sin duda la noticia de impacto fue la escandalosa victoria de la derecha en las elecciones locales y autonómicas.
El PP relegó a la oposición a los partidos progresistas de las Pitiusas, en todas y cada una de las instituciones. En Eivissa, tan solo en el ayuntamiento de Sant Josep no consiguieron la mayoría absoluta, por lo que tienen que pactar con el único partido con el que a día de hoy pueden hacerlo, que no es otro que la extrema derecha de Vox. En lo que a Formentera se refiere, la coalición de Sa Unió también dejo en evidencia a los partidos progresistas de Psoe y GxF, dejándoles a ambos en la oposición despues de muchos años de ejercer, en solitario o mediante pacto, las funciones de gobierno de la isla.
Sin duda, el gran derrotado de esa contienda electoral fue el Psoe quienes incrédulos ante lo que acababa de suceder y viendo como se les había destronado de los gobiernos de Formentera, Eivissa y Sant Josep, no acertaron a aportar más argumento que justificara la humillación recibida, que haber sido víctimas de lo que estaba ocurriendo con el partido en el escenario de la política estatal.
Ni en Eivissa, ni en Formentera ha habido el menor gesto de autocrítica por parte de los dirigentes socialistas, limitándose en las dos islas a manifestar su extrañeza por esos catastróficos resultados, afirmando no ser conscientes del adverso ambiente que existía en las calles; lo cual todavía les deja en peor situación, ya que demuestra la poca cercanía con los ciudadanos a los que representaban. Ni uno solo de ellos ha dimitido.
En el segundo semestre y ya a finales del año, ha tenido lugar el segundo hecho destacable de 2023. Se trata de la escandalosa crisis en el Consell de Formentera, que sorpresivamente apareció en escena a partir de un incomprensible comunicado del Presidente de la institución y cabeza de lista de Sa Unió. La situación ha ido dando bandazos a medida que unos y otros iban haciendo declaraciones.
En principio el Presidente Córdoba, anuncia la posibilidad de dejar de apoyar incondicionalmente al Govern Balear del PP. El resto de Consellers de Sa Unió, dicen no entender nada de lo que estaba ocurriendo y piden la dimisión de Córdoba, tanto en el Consell, como en el Parlament, por pérdida total de la confianza. Más tarde el Presidente acusa al máximo dirigente del PP en la isla y Conseller Insular y a otra Consellera del mismo equipo, de ser los responsables de urdir una trama para deshacerse de él. Los motivos por los que se inicia el caos político insular, van desde la defensa de los intereses de Formentera, hasta los intereses económicos particulares de Córdoba, según quien hace declaraciones.
Ante el lio que Sa Unió tiene montado en su propio grupo, los partidos de la oposición, también acaban siendo participes del numerito que hay montado y tan pronto parecen estar al lado de Córdoba, como en su contra; demostrando con ello muy poca madurez política. A día de hoy, todo sigue igual de atascado y nadie en la institución vislumbra una salida medianamente coherente.
La situación política desde las últimas elecciones locales y autonómicas, ha dado un importante vuelco. Actualmente tanto ayuntamientos, como consells y Govern Balear, son del mismo color político. Ello hace que la expectativa ciudadana sea muy alta y que por tanto, tal como se prometió en la campaña electoral, se espera que se aporten soluciones urgentes que vayan permitiendo aventurar una pronta solución a graves problemas por los que pasan nuestras Pitiusas.
Como cabía esperar, se han empezado a tomar algunas decisiones que eran previsibles y así poder decir que el PP está cumpliendo con lo prometido. Pero en realidad, de todo lo prometido lo único destacable hasta la fecha, es la ligera mejoría en cuanto a la plantilla de profesionales médicos, que veremos si se sabe mantener en el tiempo y por tanto si se sabe estabilizar a largo plazo.
Todo lo demás merece poco que destacar en positivo. Las primeras medidas fiscales favorecen básicamente a los más ricos, las aprobadas en materia de vivienda no sirven para que se pueda empezar a ver ni un principio de solución del problema, el escandaloso agravio comparativo en cuanto al transporte por carretera entre Mallorca y Eivissa y Formentera, sigue vigente y los problemas en la gestión del agua no hay visos de que vayan a cambiar en breve.
El próximo verano los graves problemas de vivienda se mantendrán, nuestras carreteras seguirán colapsadas de vehículos privados y los problemas con la gestión del agua seguirán. De momento no se vislumbra solución a corto plazo de los problemas enquistados que sufren Eivissa y Formentera.