El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana ha dado a conocer recientemente el índice de precios de alquiler, que debe ser, dicen, una herramienta para que el inquilino sepa en qué horquilla de precios razonables y razonados puede encontrar un piso en concreto. La medida tiene su aquel en lugares como Ibiza, donde es posible observar cómo las rentas que los propietarios piden por sus viviendas superan con creces en más de 1.000 euros las que, según el índice, deberían solicitar. Un escándalo se mire por donde se mire.
El índice como tal no estaría mal si nos encontráramos en un mercado normal. Pero lo de esta isla va más allá de lo tensionado. Y el estallido está ahí, en forma de asentamientos de caravanas y tiendas de campaña poblados de trabajadores, que no de indigentes. Asentamientos que deberían provocar que, cargados de vergüenza, se tomaran medidas radicales para acabar con el problema. Con el de la vivienda, no con el de las caravanas. Pero, visto lo visto, nada de esto va a suceder.
Es insultante e indignante, por otro lado, que sea ahora el PSOE el que esgrima el dichoso índice como solución al problema. Ellos, los que crearon la burbuja inmobiliaria en la isla en la legislatura de 1999-2003 con la maldita moratoria urbanística. Ellos, los que cada vez que han gobernado nos han hecho mirar la bolita del malvado especulador mientras, por la puerta de atrás, le facilitaban las cosas. Ahí está Cas Mut como monumento a la maldad con la que han gestionado el cemento estos sujetos.
PD.- Alguien debería decirle al jefe de la oposición en Vila que hace ya casi un año que perdió las elecciones y que lo de insultarnos en los plenos, por cuya asistencia le pagamos más de 1.000 euros al mes, solo demuestra que sigue sin enterarse de nada.