Según el PSOE, lo más grave del ‘caso Koldo', que yo prefiero denominar ‘caso Ábalos', mucho más que los presuntos delitos que el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, y la Fiscalía Anticorrupción investigan, como pertenencia a banda criminal, tráfico de influencias y cohecho, entre otros, es que el Govern del PP que preside Marga Prohens, ha dejado caducar un expediente administrativo de reclamación a la empresa Soluciones de Gestión, a la que el Govern de Francina Armengol compró 1,5 millones de mascarillas inservibles por 3,7 millones de euros.
Iago Negueruela, portavoz parlamentario del PSIB, ya habla abiertamente de la existencia de una trama de corrupción del PP en este caso, enfangándose en una discusión propia de catedráticos de Derecho Administrativo, sobre si el plazo para reclamar los casi cuatro millones de euros es de tres meses, como sostienen ahora los socialistas, o si, por el contrario, es de ocho meses, como sostenían los socialistas antes de que se supiera que la Justicia estaba investigando el asunto. Lo decía la Ley de Contratos del Sector Público y lo ratificó la Junta Consultiva de Contratación Administrativa en diciembre de 2022, entre cuyos miembros había destacados líderes socialistas, como el propio Negueruela.
Los socialistas se muestran más entusiasmados con la caducidad del expediente que los propios dueños de Soluciones de Gestión, y se agarran a un clavo ardiendo que les permita mantener la delirante acusación de la existencia de una trama en el PP para beneficiar a la trama del exasesor socialista Koldo García, dejando caducar la reclamación de 2,6 millones, sólo una parte del costo real. Pero ¿acaso habría que reclamar algo si no se hubieran comprado las mascarillas fake que otras comunidades autónomas, también gobernadas por el PSOE, rechazaron, porque no ofrecían las debidas garantías?
Por más que Iago Negueruela y los socialistas, pillados en un brutal caso de corrupción con supuesto enriquecimiento ilícito desmesurado del asesor del número dos del partido, sobreactúen agarrándose al yeso de la pared para darle la vuelta a la tortilla, de forma muy burda y torticera, y hacer pasar su corrupción por un caso de los ‘populares', nada puede borrar que el Govern Armengol dejó transcurrir más de tres años sin reclamar nada a la empresa de Koldo García y Víctor Aldama. Soluciones de Gestión, gracias a la contratación por el procedimiento de emergencia, esto es a dedo y sin publicidad, pasó de facturar cero euros en 2019, el año anterior a la pandemia por la Covid-19, a facturar 53 millones de euros en 2020. Este es el meollo del embrollo, no la reclamación que, además, inició formalmente el Govern Prohens.
Pero llevamos desde que se conoció el escándalo, el mayor caso de corrupción que afecta directamente al PSOE, al Gobierno de Pedro Sánchez y, por supuesto, que mantiene contra las cuerdas a Francina Armengol, blindada jurídicamente en la presidencia del Congreso, con los socialistas completamente desquiciados y absolutamente desesperados, con una estrategia ridícula e infumable por la que se pretende que la ciudadanía adquiera unos conocimientos asimilables a un doctorado en Derecho Administrativo, con el asunto de la reclamación administrativa de un dinero que, además, nadie tiene la menor esperanza en recuperar jamás.
Juegan al trile con el dichoso expediente de reclamación, para desviar la atención de por qué se contrató a la empresa de Koldo, quién ordenó comprarles a ellos las mascarillas inservibles, quién mandó pagarlas en tiempo récord, por qué no se reclamó tan pronto como se supo que no podían ser usadas, etc.
Alguien se forró gracias a la compra de material sanitario fake hecho por el Govern de Francina Armengol y pretenden que asuma la culpa del robo el Govern de Marga Prohens. Pero eso está fuera del alcance incluso de Iago Negueruela, tan abrasado como la propia Armengol. Y sin la menor credibilidad política. Ya lo siento.