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Ángeles

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ay personas que sin ver y tocar no creen. Es lo que ocurrió, al principio, después de la Resurrección de Cristo, al apóstol Sto. Tomás. Creer en lo material, en lo físico, en lo que nuestros sentidos pueden ver y tocar, no tiene un gran valor. El gran mérito de la fe, y es un don de Dios, consiste en aceptar y creer lo que Dios nos ha revelado y la Iglesia nos enseña. Los ángeles son espíritus puros al servicio de Dios y los hombres.
Señor creemos en Ti, pero aumenta nuestra fe, dijeron los apóstoles a Jesús.
De los millones de ángeles, solo conocemos el nombre de tres de ellos: Miguel, Gabriel y Rafael. El Abad San Bernardo nos dice que el Señor ha dado a sus ángeles la orden de que nos guarden en nuestros caminos. Hay que dar gracias a Dios por su misericordia, por las maravillas que hace con nosotros. Nuestro Padre Dios ha llegado al extremo de enviarnos a su Hijo, que vino al mundo, no para condenarlo, sino para que el mundo se salve por Él. La presencia y asistencia de los santos ángeles, debe inspirarnos una gran reverencia y conferirnos una gran confianza. Seamos, pues, devotos y agradecidos a unos guardianes tan eximios, correspondiendo a su amor. Seamos muy devotos del ángel custodio, el nos acompaña y nos protege siempre por el camino de la vida. No obstante, al honrarnos con los ángeles, no debemos olvidar que todo nuestro amor y honor ha de tener como finalidad principal al que nos ha creado, nos ha redimido y nos santifica: la Santísima Trinidad, el único y verdadero Dios.
En el Cielo, se trabó una batalla; Miguel y sus ángeles, declararon la guerra al dragón, entonces el y sus ángeles, lucharon y perdieron, no quedando lugar para el dragón y los suyos en el Cielo. Se hizo el silencio, y se oyó una voz que decía: Victoria, honor y poder al Dios todopoderoso (Ap.12,7.8.10).
El papa San Gregorio Magno afirma que el nombre del ángel designa la función, no el ser que lo lleva. Así, los que transmiten mensajes de menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se llaman arcángeles. Por ello, la Anunciación a la Virgen María la efectuó el Arcángel Gabriel, no un ángel cualquiera. El Arcángel Miguel significa. «¿Quién como Dios?». El Arcángel Gabriel, «fortaleza de Dios» y por último el Arcángel Rafael, «medicina de Dios».
El domingo pasado estuve en San Miguel. Lo primero que hice fue entrar en la Iglesia para saludar al santísimo Sacramento. El altar mayor, está presidido por las imágenes de los tres Arcángeles. Al ser San Miguel el que da nombre al pueblo, ocupa el lugar de preferencia. Las sagradas imágenes y sus atributos son simbólicos, ya que son de naturaleza espiritual, no se pueden ver, pero si venerar y pedir su protección y ayuda. La iglesia de San Miguel está muy hermosa y cuidada, lo cual honra al pueblo.
Respecto al Arcángel San Miguel, podemos recordar las palabras de San Pedro;» hermanos, sed sobrios y vigilad, porque vuestro enemigo, el demonio, como león rugiente, anda buscando a quien devorar». Resistid firmes en la fe. Que la Reina de los ángeles y los tres arcángeles nos protejan ahora y por siempre. Amén.

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