Esta semana se cumplirá un año desde que Llorenç Córdoba reclamara al Govern de Marga Prohens un sobresueldo de 4.000 euros para seguir apoyándola en el Parlament. Un chantaje que el presidente del Consell de Formentera confirmó a sus excompañeros de coalición, a quienes aseguró que estaba arruinado, y que todo el mundo pudo escuchar a través de las grabaciones publicadas por Periódico de Ibiza y Formentera el pasado mes de marzo. Un año ha tardado el pueblo de la pitiusa del sur en salir a la calle y reclamar a sus representantes políticos que ya está bien de hacer el ridículo semana tras semana. Una legislatura que, si no cambian mucho las cosas, ya podemos dar por perdida. Córdoba no se bajará del burro y la izquierda ya cuenta los días para volver a gobernar el Consell de Formentera in aeternum tras el fracaso de Sa Unió. Mientras GxF, PSOE y lo que queda de Sa Unió siguen sin ponerse de acuerdo para echar a Córdoba, el presidente y su conseller de Turismo siguen facturando cada mes. Y que el deber no impida celebrar un cumpleaños como toca en plena feria turística. En cualquier caso, la crisis de Formentera ya no da para más calificativos. Desde el otro lado de es Freus no entendemos cómo los formenterenses, capaces de recuperar del ‘fondo del mar’ el llaüt de Xicu des Moliner en menos de un mes o de montar en cólera por la renovación de los chiringuitos de playa, hayan tardado casi un año en salir a la calle por el desgobierno en el Consell. Cierto es que el tiempo es relativo, y más cuando hablamos de Ibiza y Formentera.
Opinión
La relatividad del tiempo
Juan A. Torres | Ibiza |