Ibiza tiene un problema de saturación. No hace falta acudir a sesudos estudios para saberlo, pues basta con circular un día de temporada estival por alguna de las principales carreteras de la isla y experimentar una de sus habituales retenciones. Bajo este contexto el Consell d’Eivissa ha tomado la decisión de emprender una limitación de vehículos para la isla que ha comenzado, precisamente, este domingo. Siete años después de que Formentera tomara esta decisión, Ibiza se ha sumado a las regulaciones, convirtiéndose así en el segundo territorio español en establecer estas limitaciones.
Para este 2025 más de 20.000 vehículos han sido autorizados, 16.000 de ellos propios de la flota de rent a car y los otros 4.168 restantes de quienes lleguen a la isla con su vehículo privado. El Consell, en un año que ha considerado como piloto, ha dejado fuera de estas limitaciones a todos aquellos vehículos que desembarcaron en la isla entre el 1 de enero y el 21 de mayo, fecha en la que entró en funcionamiento la web para solicitar la autorización
Con estos números tan grandilocuentes es difícil no pensar que las limitaciones se quedan cortas en su afán de descongestionar la isla. De hecho, la cifra tope establecida es, precisamente, la cantidad de vehículos que un estudio encargado por el Consell determinó que, de media, circulaban en la isla la pasada temporada estival. Difícil notar un cambio de modelo si nada cambia.
Con todo, y pese a lo escaso de las limitaciones, la patronal de alquiler de vehículos sin conductor se ha querellado contra esta limitación por «entrar en conflicto con las normas de competencia». Para lo poco que se hace en pos del residente, en vez de reflexionar sobre si es suficiente, el debate se centra en sus trabas y obstáculos.