Parece indiscutible el crítico momento por el que está pasando el Psoe en el panorama político de nuestro país. Las pruebas que se van conociendo en el caso de corrupción que afecta al que fuera el último secretario general del partido, son cada vez más escandalosas y de momento han servido para que el juez instructor del caso, decida el encarcelamiento preventivo de Santos Cerdán. Este encarcelamiento tiene lugar en el proceso de instrucción que también afecta al ex ministro y ex secretario general del partido José Luis Ábalos y al que fuera su asesor Koldo García. Esta situación resulta desalentadora para cualquier progresista y muy especialmente para cualquier afiliado o votante socialista. Toda esta porquería que a día de hoy salpica directamente la sede de Ferraz, no parece que deba ser la única preocupación que deba afrontar el partido. Baleares también está inmersa en su propia travesía del desierto y en la misma, la responsabilidad se reparte entre la dirección del Psib y la del partido en Madrid.
Una vez prácticamente finalizado el proceso congresual de elección de los cargos orgánicos del partido que en teoría deben ser las caras visibles de cara a las próximas elecciones, el resultado global es francamente desconcertante. Rechina especialmente la reelección de Francina Armengol como secretaria general del partido y su voluntad manifestada públicamente de ser de nuevo la cabeza de lista y candidata a la Presidencia de las Illes Balears dentro de dos años.
Para analizar tal desafortunada decisión, hay que remontarse a 2023 año de las últimas elecciones locales y autonómicas. En esas elecciones el Partido Socialista cosecho la que es sin duda la peor derrota de su historia. Perdió el Govern, perdió los cuatro Consells Insulars y perdió la gran mayoría de municipios de las islas. El las Pitiusas no se salvo ni uno solo y el cien por cien de los mismos acabó en manos de la derecha.
Resulta llamativo que dos años despues de la debacle electoral, nadie en el partido haya tenido la decencia política de hacerse responsable directo de semejante derrota. En ningún momento hasta la fecha se ha hecho el menor análisis autocrítico de lo ocurrido. Unos y otros, todos los que en su momento encabezaron las listas electorales, se han limitado a lanzar balones fuera, repartiendo culpas a diestro y siniestro y sin querer ver ni analizar los errores propios cometidos.
A nivel autonómico, cabe reseñar que la simple responsabilidad de la Presidenta durante ocho años y candidata derrotada en 2023, debería haber sido suficiente para darse cuenta de lo que cabía esperar de ella a lo largo de la presente legislatura. Lo esperable y lo más correcto, en base al respeto que todos los votantes y simpatizantes del Psoe en las islas se merecen, pasaba por entonar el mea culpa, aprobar y ejecutar un programa de trabajo claro durante los cuatro años en la oposición, con el objetivo de recuperar cuanto antes todas las instituciones perdidas.
Para ello, despues del voto de castigo recibido en 2023 y básicamente debido al disgusto social generado entre la población en general durante los ocho años de mandato, lo más correcto hubiera sido dar un paso al lado, buscar y nombrar una nueva candidatura con la vista puesta en 2027 y dejar que la misma pudiera trabajar en la oposición con ganas e ideas renovadas. Muy lejos de algo que se le parezca, aquí se mantiene a la misma secretaria general del partido y se anuncia su voluntad de ser de nuevo candidata.
Muchos son los inconvenientes que tiene tal decisión; para empezar le falto tiempo a Armengol para poner tierra de por medio y aceptar la propuesta de Presidenta del Congreso de Diputados en Madrid. Se marchó de las islas sin análisis autocrítico de su gestión, pretendiendo seguir siendo la cabeza visible de la oposición en las islas, pero sin estar en las islas. Esta función no puede ser una actividad de fin de semana; la líder de la oposición no puede serlo a tiempo parcial. Eso de entrada ya es faltarle al respeto a todos aquellos que aquí sufren las consecuencias del pacto de la derecha con la extrema derecha. No puede llevar la voz cantante en las islas alguien que no viva el día a día de lo que aquí ocurre. Resulta decepcionante ver como no hay alguien con el carisma suficiente para defender con nuevas fuerzas las propuestas progresistas.
Nada ha cambiado en dos años y eso es lo más triste. Quien fuera la responsable directa de la gran debacle de 2023, no puede ser quien represente de nuevo los valores de la izquierda, pero mucho menos puede pretender hacerlo desde Madrid. Aquí siguen las mismas caras que colaboraron en el desastre electoral, siendo aprobado en el último congreso el mismo equipo de entonces, lo que resta credibilidad y confianza de cara a las futuras elecciones. Se está perdiendo la oportunidad de demostrar durante cuatro años que las cosas pueden y deben ser distintas, pero no pueden hacerlo los que en su momento fueron claramente rechazados. La izquierda de las islas y la sociedad en general se merecen otra cosa.