Síguenos F Y T I T R
Hoy es noticiaEs noticia:
Opinión

Igor Fioravanti

|

De madrugada y en la mar me entero de la muerte, en plena canícula y canto de sirenas, de Igor Fioravanti. Enseguida preparo una copa y brindo por un amigo vital que se ha ido al otro barrio joven y hermoso, a quien me hubiera gustado conocer más, aunque nos habíamos visto a saltos toda la vida.

Mar sesgo, viento largo, estrella clara: Las olas acunan la memoria de una Ibiza legendaria agitando la varita mágica de la nostalgia. Su abuela Marita Nájera era íntima de mi abuela Lucía, y todavía hoy recuerdo perfectamente su preciosa voz ronca, trenza caliginosa e inmensos ojos verdes. Creo que estuve enamorado de ella.

El corazón de Igor siempre estuvo palpitando por Ibiza, maravilloso regalo de su infancia. La última vez que le vi fue en mi casa de Portmany. Preparé unos negronis de un rojo Tiziano de aperitivo antes de unos huevos fritos con sobrasada. Socarrón y con mirada de fauno me propuso escribir un guion para hacer otra película sobre la isla; naturalmente acepté halagado, pero luego dormí la siesta pánica tan habitual en las naturalezas perezosas para cualquier actividad que no sea el placer del aquí y ahora, ese dolce far niente que te atrapa en el samsara pitiuso que es precioso nirvana.

Sat, cit, ananda. Ser-Consciencia-Gozo. En Ibiza tal ecuación se cumple fácilmente si te atreves a ir a tu aire, impregnándote de la fuerza telúrica, cortejando al genius loci. Siempre ha sido reverenciada como isla sagrada y los antiguos pensaban que morir en Ibiza era una bendición, pues el paso a la otra orilla es más fácil. Igor soñaba siempre con Ibiza, así que estaba aquí, está aquí. Abrazo grande a toda su familia.

Sin comentarios

No hay ningún comentario por el momento.

Lo más visto