Abres la prensa y te parece estar hojeando ‘El Caso’: accidentes de tráfico, abordajes en alta mar, incendios de yates, agresiones, peleas, ahogados, precipitados, todo tipo de fallecimientos en extrañas circunstancias, embarcaciones a la deriva que casi llegan a Mallorca... En Ibiza y Formentera, cada verano, el principio de autoridad parece diluirse entre la multitud y la falta crónica de efectivos de las Fuerzas de Seguridad. La temporada alta convierte el litoral en un territorio sin ley donde todo vale, y donde las normas —cuando existen— rara vez se cumplen o se hacen cumplir. Por eso, la noticia de que el Govern ha reforzado la vigilancia marítima con nuevas embarcaciones y drones, es muy positiva. Ya era hora. Lo que sucede en nuestras aguas no es solo una cuestión de seguridad, sino también de civismo, de respeto al entorno y de sentido común. Alquilar una lancha sin saber distinguir proa de popa es tan peligroso como poner al volante de un coche a alguien sin carné de conducir, que no sabe ni dónde está el freno. Pero sucede a diario. Hasta ahora, la respuesta institucional ha sido tibia y claramente insuficiente. Por eso hemos llegado al punto caótico en el que nos encontramos. Este nuevo servicio —si se dota de medios, personal y capacidad sancionadora— será determinante para restaurar la disciplina en un litoral donde reina el descontrol. Pero el Gobierno también debe mejorar los recursos de Salvamento Marítimo y la Guardia Civil del Mar, instituciones que no dan abasto para cubrir una costa desbordada por el auge de las actividades náuticas. A estas alturas, ya no caben paños calientes: hay que actuar con firmeza, tanto en infracciones medioambientales como en cualquier otra vulneración de la normativa. Hay que acabar con la sensación de impunidad en el mar, donde todo está permitido porque casi nunca hay controles ni mucho menos sanciones.
Opinión
Hay que poner orden en el mar
Un agente de la Policía
Joan Miquel Perpinyà | Ibiza |
Buenos días Sr Perpinya Antes.que la impunidad en el mar, que sólo afecta a los pudientes que pueden permitirse una embarcación y un más caro amarre en la isla.... Habría que controlar la impunidad de los políticos corruptos de Baleares, controlar la impunidad de los payeses que se forra con el alquiler ilegal, controlar la impunidad de los mal llamados empresarios que explotan a sus trabajadores, controlar la impunidad de los cientos de pozos ilegales quee secan la isla. Y así un suma y sigue interminable de irregularidades en esta ínsula de piratas y corsarios donde todo vale, en invierno y en verano