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Cuatro bocadillos

«Si cocinas bien, cocinar te da cada vez más pereza. Pasa igual con la escritura»

Close-up of a delicious Serrano ham sandwich made with crusty baguette bread, placed on wooden table

| Ibiza |

Ayer a mediodía me dio mucha pereza cocinar, y aunque tenía alcachofas y otros elementos, preferí hacerme un bocadillo. Eso sí, uno de los cuatro mejores bocadillos del mundo, que antes se llamaba de atún y ahora es de bonito del Norte. Esto me ocurre últimamente con bastante frecuencia, porque si cocinas bien, cocinar te da cada vez más pereza, pierdes las ganas, y al final sólo lo haces para otros, para que pasen gusto los demás. Si es para ti, un bocadillo y listo. Pasa igual con la escritura, y hasta con el sexo, que si por fin lo has entendido y ya sabes hacerlo, el disfrute es de los demás, y el trabajo, tuyo. De ahí la pereza. Un bocadillo y santas pascuas. Procurando, naturalmente, que sea uno de los cuatro mejores bocadillos del mundo. Como este de bonito. Se corta bien el pan, a ser posible una baguette recién salida del horno, se unta con mayonesa y se rellena del bonito, pero no a lo loco. Al sacarlo de la lata hay que desmenuzarlo en un platito con el cuchillo, y mezclarlo con su aceite que es donde está la sustancia. Una vez dentro del pan y homogéneamente distribuido, se cubre con dos o tres pimientos del piquillo de Lodosa, que sobre ese lecho alcanzan la plenitud. Se cierra el bocadillo y se envuelve en sus dos terceras partes inferiores con papel de cocina, para que sea ergonómico y se pueda sujetar sin que gotee. No han pasado cinco minutos y ya está la comida principal del día. Perfecta. Ayer lo hice, y hoy comeré el siguiente mejor bocadillo del mundo, de pan con tomate frotado y anchoas, prestando atención a la calidad de la anchoa, muy variable. Si no distinguen la excelente de la mala, y se lo pueden permitir, guíense por el precio. Si no se lo pueden permitir, olviden las anchoas y pasemos al bocadillo de tomate, jamón y queso mahonés. Magnífico, y mejor con aceitunas. El cuarto mejor bocadillo es de tortilla, pero como este admite infinidad de variantes, y me da pereza explicarlo, lo dejo a su intuición. Estos cuatro bocadillos me facilitan no cocinar hasta cuatro días de la semana. Por ahora, porque como cada vez cocino mejor y mi pereza aumenta, si vivo suficiente acabaré comiendo sólo bocadillos. Pero exquisitos. Y muy económico.

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