Yo pensaba que ya lo había visto todo en lo que al uso de la muerte se refiere por parte de los políticos. El 11 de marzo de 2004 vimos cómo la izquierda, con el PSOE a la cabeza, utilizó a los 200 muertos de los trenes para hacerse con la victoria en las elecciones que se celebraban unos días después. Lo hicieron con el lema aquel tan aparentemente humano que decía «queremos saber».
Volvimos a ver actuar a los mismos a partir del 29 de octubre de 2024, utilizando las muertes ajenas para, desde Valencia, arremeter contra el PP. De hecho, siguen haciéndolo. Han perfeccionado la técnica porque, por un lado, hablan de los muertos con aparente pena y, por otro, tratan a los afectados por la DANA como si fueran el enemigo. De la actuación del Gobierno de Sánchez allí mejor no hablamos.
Bien, decía que pensaba que lo había visto todo pero me equivocaba. La socialista Irantzu Fernández fue este martes un paso más allá. Con un discurso de supuesta concienciación sobre los problemas del sinhogarismo y la enfermedad mental, Fernández, con el desparpajo que la caracteriza, no dudó en desvelar la identidad del fallecido en el hospital de Can Misses tras caer, al parecer accidentalmente, al aparcamiento desde un muro ubicado en la entrada de Urgencias. También desveló alegremente sus problemas de salud ante los diputados del Parlament y quienes veían la sesión por internet. Y ahí cometió un grave tropiezo porque, si hay datos protegidos en este país, esos son los que tienen que ver con la salud de cada uno. Así que espero que la familia de este pobre hombre reclame la justicia que merece y no dude en denunciarla donde haga falta.
En política se puede ser torpe, oportunista e, incluso, cruel. Lo que no se debería ser es indecente. E Irantzu Fernández y el PSOE balear han dado esta semana la muestra definitiva de que eso, la indecencia, es lo único que los define. Asco es poco.
Efectivamente, muy bien definido. Esta chica no debería permanecer ni un minuto más en su escaño.ASCO