La sintonía entre los sindicatos de Ibiza no es muy buena. Ayer la CGT salió al paso de las acusaciones que vertió UGT sobre las camareras de piso. El sindicato CGT calificó de «traidores y sinvergüenzas» a UGT por «culpabilizar» a las kellys de su situación.
Francisco Tienda colocó un lazo amarillo en su perfil de Twitter acompañado del hastag #RiveraQuitameEste.
Mientras los sindicatos en este país sigan viviendo de las jugosas subvenciones del Estado, no servirán para nada. Si tuvieran que vivir de las cuotas de los afiliados como hacen en el resto de Europa, ya veríamos si trabajaban y luchaban por la cuenta que les trae.