Parece cada vez más claro que el desplante del martes en el Parlament de Vox se debe más a las tensiones internas que a la falta de acuerdos con el Govern de Prohens.
Las maneras de Vox resultan de lo más dictatoriales, por otra parte. La portavoz Idioa Ribas no tuvo ningún problema en destituir al portavoz adjunto por ser favorable a no rechazar el techo de gasto, tal y como había ordenado, por otra parte, hasta el propio Santiago Abascal. El caos en Vox es total y absoluto.